La Guardia Civil registra la vivienda e incauta el coche de un sospechoso del crimen de Álvaro en Ciudad Rodrigo
Las inspecciones se centran en la finca Cantarranas y en el domicilio de un sospechoso vinculado a la explotación ganadera.
Más información: Asesinado a los 20 años por intentar llevarse una lona para una peña: se estrecha el cerco sobre el homicida de Álvaro
La investigación sobre la muerte de Álvaro Pérez Ortega, el joven de Ciudad Rodrigo encontrado sin vida el pasado 24 de enero en la finca Cantarranas, ha dado un giro decisivo.
En las últimas horas, la Guardia Civil ha desplegado un operativo que incluye el registro de varias viviendas en la localidad, siendo una de ellas el domicilio de un hombre vinculado a la explotación donde apareció el cuerpo.
Además, los agentes han incautado un vehículo vinculado a este sospechoso con el objetivo de someterlo a un análisis exhaustivo a través de la Unidad Criminalística del Instituto Armado. Según fuentes de la investigación, el coche podría aportar pruebas clave que permitan esclarecer los acontecimientos ocurridos en la finca.
La finca Cantarranas ya había sido inspeccionada anteriormente tras el hallazgo del cuerpo de Álvaro, pero las pesquisas han llevado a los investigadores a volver a examinarla con mayor detalle.
La hipótesis que cobra más fuerza apunta a que la víctima habría acudido al lugar para recoger una lona, momento en el que fue sorprendido, desatando un enfrentamiento que acabó en tragedia.
Por el momento, la Guardia Civil mantiene como investigado a una persona, aunque no se ha producido ninguna detención. Sin embargo, su perfil ya figuraba en la lista de sospechosos de la Policía Judicial, que lo consideraba alguien con posibles vínculos con lo sucedido. Las autoridades trabajan para determinar su grado de implicación en los hechos y esclarecer si actuó solo o con la ayuda de otra persona.
Las últimas horas de Álvaro
Álvaro pasó su última noche entrenando con el Miróbriga Futsal, equipo de fútbol sala con el que tenía una fuerte vinculación. La mañana siguiente, mantuvo contacto con sus compañeros a través del grupo de WhatsApp del equipo, mostrando su disposición para el desplazamiento del partido del sábado. Aparentemente, nada hacía presagiar el fatídico desenlace.
Según fuentes cercanas a la familia, Álvaro salió de su casa en la mañana del viernes 24 de enero en dirección desconocida. Su madre intentó comunicarse con él, pero al no obtener respuesta, la familia comenzó a preocuparse.
Horas más tarde, al comprobar mediante una aplicación de geolocalización que su teléfono móvil permanecía inmóvil en la finca Cantarranas, sus allegados se desplazaron hasta el lugar.
Allí encontraron su vehículo, con las puertas abiertas y sus pertenencias en su interior. El hallazgo alertó aún más a la familia, que acudió al cuartel de la Guardia Civil para denunciar su desaparición.
A partir de ese momento, los agentes iniciaron una búsqueda en la finca junto a los allegados del joven, hasta que su padre encontró el cuerpo, cubierto por alpacas de paja.
El análisis forense reveló que la muerte de Álvaro no fue accidental. Presentaba heridas de arma blanca en el cuello, descartando la posibilidad de un accidente con las alpacas.
La localidad mirobrigense sigue conmocionada por el caso, pero con la esperanza de que los recientes avances en la investigación permitan esclarecer lo ocurrido y llevar a los responsables ante la justicia.