Sepúlveda es sinónimo de música y estos días los balcones de diferentes barrios de la localidad han sido escenario del talento de los sepulvedanos, bien cantando, tocando el saxo o amenizando con los hits del momento, intentando con ello llenar los rincones con notas de alegría en este nuevo escenario en el que nos ha tocado vivir.
Un talento que también ha llegado de la mano de un joven músico segoviano, Guillermo Gómez Martín, que comenzó a residir en Sepúlveda en octubre del pasado año y que nunca pensó que su trompeta y la música se convertirían, no sólo en su refugio y en la forma de escapar de este encierro repentino, sino también, en la manera de conectar y amenizar a sus vecinos y gracias a las redes sociales, al pueblo de Sepúlveda entero y más allá.
Todo comenzó hace cuarenta días cuando de repente tras el aplauso a los sanitarios de las ocho de la tarde comenzó a sonar en uno de los balcones del vecindario de Barrionuevo el pasodoble “El Gato Montés”. Poco a poco, lo que se inició como algo inusual pronto se convirtió en una costumbre y, a las canciones que tenía en mente, se fueron sumando las peticiones de los sepulvedanos, consiguiendo que su arte haya llegado, gracias a las redes sociales de El Pregonero Digital de Sepúlveda, a más de 2.000 personas diariamente. Un día a día que ha sido testigo de sus diferentes estilos y de los aplausos y agradecimientos de la gente a través de las que se han convertido en nuestra mejor ventana a Sepúlveda estos días, las redes sociales.
La música ha sido estos meses de confinamiento la mejor medicina, el entretenimiento diario, el motivo, junto con el aplauso a los sanitarios, para salir cada día a nuestros balcones y ventanas a saludar a nuestros vecinos y pasar un ratito con ellos, envueltos por la esperanza y el agradecimiento de ir contando los días y siempre mirando hacia delante.
Ayer con la canción “Amigos para siempre” Guillermo dio comienzo a esta nueva etapa que nos toca vivir, porque no nos gusta hablar de final, ya que sabemos que estos 40 días de música no son sino el comienzo de algo bonito que está por escribirse, tenemos ante nosotros un libro en blanco esperando a ser escrito con cientos de canciones que seguro amenizarán todos los bailes que nos quedan por vivir.
La localidad agradece a Guillermo y a todas las personas que han puesto música a estos días grises y han conseguido llenar de esperanza sus balcones y ventanas.