La plataforma ciudadana ‘No Más Mierda’ de Fuentepelayo (Segovia) denunció las inundaciones que las recientes lluvias han causado en los terrenos de la planta de compostaje y los problemas que está causando en la contaminación del suelo, el agua superficial y subterránea y el aire. Además lamentaron que las administraciones, a pesar de contar con una sentencia judicial firme, no han actuado y “la meteorología ha vuelto a esparcir los miles de toneladas de basura en putrefacción encerrados en la planta.
Desde ‘No Más Mierda’ denunciaron esta situación ante el Seprona de la Guardia Civil, y ante la Subdelegación del Gobierno y también lo hará ante el Servicio de Medio Ambiente de la Delegación Territorial de la Junta de Castilla y León y demás autoridades.
A la denuncia sumaron fotografías y vídeos sobre el estado la planta de compostaje para certificar que, a causa de las últimas lluvias, se ha reproducido la contaminación del agua, del suelo y del aire en Fuentepelayo y su entorno, debido a los miles de toneladas de basura sin compostar que aún hay en el interior de dicha instalación.
“Esta penosa circunstancia”, subrayaron, se ha producido a pesar de ser ya firme la sentencia del Juzgado de lo Penal número 1-bis de Segovia, relativa al procedimiento abreviado, cuyo órgano de procedencia fue el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Cuéllar, dado que la sentencia de la Audiencia Provincial de Segovia desestimó el recurso de apelación.
En su opinión, Juan Francisco Cárdaba y la sociedad mercantil Agramam, deben de forma conjunta y solidariamente proceder a retirar y llevar, a su cargo, a gestor autorizado, el total de la basura en putrefacción o residuos presentes en las instalaciones de la ‘planta de compostaje’, para su tratamiento adecuado.
En segundo lugar, limpiar, a su cargo, la contaminación del arroyo, o cacera, según la denominación local, de las Cabras, cauce que sirve de desagüe a los lixiviados que salen del recinto de la ‘planta de compostaje’. Ya que las instalaciones de la planta están situadas justo encima del arroyo, que ha sido entubado bajo dicho establecimiento.
Los lixiviados de la planta contaminan el arroyo o cacera de las Cabras tanto cuando rebosan las balsas de la instalación por el exceso de lixiviados como cuando en un momento lluvioso el agua de escorrentía atraviesa la planta discurriendo sobre el suelo de la misma, entrando por el norte, zona más alta, y saliendo por el sur, zona más baja.
La planta también contamina el arroyo por infiltración en el terreno ya que al tener extensas zonas de su suelo si haber sido tratadas para que sean estancas, los lixiviados se infiltran al subsuelo y al propio interior del entubado. Tanto el agua de escorrentía como el agua infiltrada contaminan el agua superficial y el agua subterránea dada la intima relación que siempre existe entre el agua superficial y el agua subterránea. Por ello, debe limpiar el cauce y el agua de dicha cacera es positivo tanto para el agua superficial como para el agua subterránea.
A su vez, las obras de protección del agua superficial y del agua subterránea, deben corregir el desvío artificial que la planta ha efectuado para obligar al agua de escorrentía, que se acumula en la parte norte de la planta, a discurrir por la cuneta del camino que pasa por delante de la puerta de acceso a las instalaciones.
Además, la sentencia incluye que lleve a cabo la limpieza del suelo de las parcelas agrícolas de Fuentepelayo, Zarzuela del Pinar y Aguilafuente, y del agua subterránea de esos mismos municipios, así como el de Navalmanzano, pues el depósito de las basuras que allí se han estado pudriendo y el vertido de los lodos, lixiviados y sangre que en ellas se echaron, han provocado la contaminación del suelo y del agua superficial y subterránea.