La ‘Noche en Blanco y Negro’ de la Diputación, que en sus cuatro ediciones previas celebradas en Sepúlveda, Turégano, Ayllón y Riaza, ya había cosechado una gran acogida, llenó el sábado de música y glamour la Villa de El Espinar, poniendo de manifiesto que la cultura y el mundo rural pueden combinar de forma atractiva, innovadora y, en muchos casos, inspiradora.

Así lo han hecho constar en sus melodías los diferentes músicos que formaron parte del cartel de esta quinta edición que congregó a más de 3.000 personas en los diferentes escenarios. En total, fueron doce los músicos profesionales que volcaron sus melodías sobre las teclas de tres pianos de cola que, como en ocasiones previas, se ubicaron en distintos entornos emblemáticos y destacados de la localidad.

La Plaza de la Constitución, con la Parroquia de San Eutropio como fondo de lujo, los Jardincillos, y el Parque de Don Cipriano Geromini, un espectacular espacio verde que data de 1915, albergaron este festival, que ya cuenta con miles de adeptos en toda la geografía española.

El vicepresidente de la Diputación, José María Bravo, la Diputada de Turismo, Magdalena Rodríguez, y el alcalde de El Espinar, Javier Figueredo, dieron la bienvenida a los visitantes inaugurando el festival profesional.

Previamente numerosos niños y jóvenes de las distintas escuelas de música de la provincia tuvieron ocasión de demostrar sus habilidades musicales al frente de este instrumento en el ‘Piano Libre’, un espacio dedicado a la improvisación que convierte a este festival en una fiesta participativa a todos los niveles y logra implicar aún más al público asistente. Y es que, como matizaba Bravo, “una vez más queremos que sean ellos quienes comiencen a calentar el ambiente brindándonos su talento y demostrándonos que en esta provincia hay muchas personas interesadas por este instrumento tan conocido y, sin embargo, tan especial”.

Tras las improvisaciones de estos músicos aficionados tocaba el turno de disfrutar, entre las 20:45 horas y las 23:40 horas, de las micro actuaciones simultáneas que son la esencia de la cita y que se sucedieron cada 25 minutos en los tres pianos, teniendo como protagonistas a pianistas y formaciones de estilos muy variados.

Susana Gómez Vázquez, joven solista clásica que brilló por su elegancia y delicadeza; Silvia Castellanos y Alessandra Casanova, que ofrecieron con maestría un repertorio de piano a cuatro manos que abarcó desde la música clásica hasta el pasodoble; la combinación de música clásica fusionada con pop rock del Dúo Berlinches (piano y violín), dos gemelos que encandilaron al público con su apuesta arriesgada y divertida.

El jazz y la improvisación de Chema Corvo y el virtuoso del Oboe Román Álvarez, o el Maestro Moriles con ‘Búho’ al saxo, puro espectáculo, para finalizar con el ya habitual de este ciclo, Miguel Ángel Recio, que participó como solista y como integrante de Zóe, trío que ofreció un recorrido por la música española, del bolero a la copla.

El broche del festival, como es habitual, tuvo lugar en el escenario ubicado en la Plaza de la Constitución, con un piano gran cola Steinway & Sons como protagonista.

Los doce músicos participantes brindaron un concierto conjunto que, pieza a pieza, fue apagando poco a poco la luz de las velas y la quinta edición de esta apuesta que aúna música, el patrimonio y entorno rural.