Damián Castaño sorteó el mejor lote de un encierro vacío de contenido; bien presentado, en puntas. Toros cuajados, pero sin opciones salvo tercero y sexto que lidió magistralmente el leonés-salmantino que evoluciona de una forma extraordinaria. Lástima que la espada no funcionara como debiera en una tarde propicia para el triunfo.
Porque olía a triunfo, tanto en el tercero como en el que cerraba plaza; ambos bravos y encastados. Mejor “Profesor”, que salió en tercer lugar: un cárdeno claro en el tipo de lo que siempre fue un pabloromero, aplaudido nada más aparecer por la puerta de chiqueros.
Brindó al diestro local Javier Herrero, y lo entendió a la perfección Damián luciéndolo en el caballo al que acudió por tres veces. Una de ellas desde el platillo de la plaza. Con la muleta lo llevó con temple en un estado de torería y lleno de gracia. Estuvo muy a gusto Castaño con el bravo animal que, de vez en cuando, mostraba su casta durante la lidia sabiendo lo que se dejaba atrás. Y es que cuando aflora la bravura…
Pero Damián Castaño se eternizó con los aceros, que diría el maestro José Luis Lera. Y todo quedó en una sonora ovación tras petición minoritaria porque el usía, Chema Costales, sabe discernir. Pero ahí quedó la lección de un profesor salmantino ante otro “profesor” de Huelva…Este profesor onubense fue ovacionado con un arrastre lento, que suele ser un gesto de corte respetuoso.
La oreja de 'Altramuz'
Donde no tuvo más remedio que claudicar el presidente, y conceder la oreja a Castaño, fue con el que cerraba plaza ante la petición mayoritaria; ¡venga, dale la oreja que estamos en Cuéllar!, gritó una señora malhumorada. Y ante esa aseveración, más lo que hizo Castaño con el cárdeno oscuro de nombre “Altramuz”, que no fue poco, (qué apelativos más raros ponen los ganaderos a sus toros) Chema Costales sacó el pañuelo blanco para firmar la paz con la señora malhumorada, y para que Damián Castaño paseara la oreja más contento que unas pascuas. Antes, había brindado a Carlos Fraile, primer edil de Cuéllar. Hay que ser agradecido.
Lo que hizo Castaño fue siempre bueno, y cuando vio la condición de “Altramuz” que, sin tener las condiciones de su hermano, el profesor, fue un toro manejable y noble de condición, Damián se entregó con alma torera y de forma relajada propiciando pasajes interesantes. Bajó la mano y hubo atisbos muy artísticos con las telas toreras. Con la espada se afianzó y fue a por la oreja hasta el rincón de Ordóñez, aunque tuvo que utilizar la cruceta.
Robleño y Escribano pasaron de puntillas
Del resto de la corrida no podemos contar demasiadas cosas porque no las hubo; el veterano Robleño -el peor lote con diferencia- y el aguerrido Escribano, -que no se encontró a sí mismo, ni encontró adversario a su medida- pasaron de puntillas por el coso cuellarano ante un público decepcionado que acudió en menos de media plaza a la segunda del abono. También comentaremos que se devolvió el primero de la tarde por cojo; un animal precioso de hechura, cuajado, con impresionantes “perchas”. Pero el animal salió lastimado y no hubo solución de continuidad.
Los ángeles/as de la guarda de los toreros
Sí les tenemos que hablar de la gran ovación solidaria que el público le tributó a la doctora Marta Pérez y a su equipo médico. Incluidos los asistentes sanitarios, conductores de ambulancias, etc., capitaneados por el veterano palentino Enrique Alonso, que nutre a toda la región de quirófanos móviles y enfermerías con todos los adelantos habidos y por haber. Aprovechamos y nos mostraron las instalaciones quirúrgicas de la plaza.
La cirujana Marta Pérez, junto a su equipo, fue el alma, su ángel de la guarda, en definitiva, la salvación del diestro Manuel Diosleguarde en la tarde del pasado domingo, cuando el joven torero fue cogido de malas formas por un toro de Cebada Gago que lo llevó entre los pitones durante unos segundos que se hicieron eternos. La intervención realizada en la enfermería del coso fue crucial para que llegara a las expertas manos de los cirujanos vasculares del Clínico de Valladolid. De hecho, la doctora Pérez fue felicitada por sus colegas.
Coincidimos con el consejero de Cultura Gonzalo Santonja a la entrada de la plaza de toros y lo acompañamos, junto a nuestro amigo Paco Salamanca y las señoras de ambos, a la enfermería para felicitar a todo el equipo médico. Escribano tuvo el gesto de brindar la muerte de uno de sus toros. Precisamente, Manuel Escribano es uno de los toreros del escalafón más castigados por los toros. De ahí su agradecimiento.
En fin, que esta tarde volveremos a Cuéllar para la corrida de rejones. Esperemos que haya más argumentos para poder narrarlo para ustedes. Gracias por el trato exquisito que siempre nos ofrece Cuéllar para poder contar estas cosas.