La Guardia Civil ha logrado desarticular una banda criminal en Segovia y Madrid que había estafado a 137 personas a través de microcréditos de distintas entidades financieras. La directora general del Instituto Armado, María Gámez, ha explicado este martes, 28 de febrero, en la Comandancia segoviana los resultados de esta macroperación que ha acabado con la detención de hasta 18 personas.
A los presuntos autores se les imputa los delitos de estafa, blanqueo de capitales, pertenencia a organización criminal y fabricación y posesión de programas informáticos dirigidos a cometer estafas. De las 18 personas arrestadas, cuatro ocupaban un rol relevante en la banda, mientras que las 14 restantes tenían función de mulas o intermediarios.
Según ha esclarecido la investigación, dicha organización utilizó más de 100 tarjetas bancarias distintas, logrando un beneficio directo de 87.000 euros en la solicitud de microcréditos con distintas entidades financieras.
La directora general de la Guardia Civil ha desvelado que esta banda criminal realizaba compras y créditos en internet, llevando a cabo los pagos a través de las tarjetas de crédito de sus víctimas, a las que había sustraído los datos mediante programas informáticos.
Gámez ha aseverado que la organización captaba a personas para pedir créditos en entidades financieras que operan en internet. Créditos que trataban que fueran de bajo importe, entre 400 y 800 euros, con el objetivo de que fueran aprobados por la compañía de forma rápida.
Tras concederse los créditos e ingresar el dinero, los arrestados traspasaban el mismo a las cuentas de mulas controladas por los cabecillas de la banda criminal en España. Seguidamente, parte de la cuantía económica era remitida al resto de componentes que se encontraban en la República Dominicana. Para ello, usaban empresas de envío de dinero, para no dejar rastro fiscal en España.
Además, los cabecillas usaban un negocio familiar para blanquear el dinero, facturando las cantidades en el sector servicios y así normalizar los ingresos económicos procedentes de los distintos ilícitos penales cometidos.
En el momento que la tarjeta bancaria era bloqueada por la entidad, la banda criminal no hacía efectivo el pago de la deuda, produciendo un doble perjuicio económico, primero a la víctima titular de la tarjeta y luego a las entidades financieras.