Embarazada de su segundo hijo y en el paro, Gema Burgos confió en su instinto hasta lograr convertirse en una empresaria de éxito que aspira a seguir creciendo desde su negocio en la capital segoviana.
El futuro no era nada halagüeño para Gema Burgos en 2017. En pleno embarazo, el de su hijo pequeño, tuvo que enfrentarse al paro y replantearse una vida en el alambre.
Y en ese momento, en el que las circunstancias la pusieron a prueba, el espejo le devolvió la imagen de una mujer enamorada de la atención al público. Hija de hosteleros, adoraba ser camarera; levantarse cada día para honrar el legado de unos padres a los que desde los trece años ayudaba en la cocina y en el mostrador. «Era un 22 de abril, estaba en la playa, vi una gofrería, e inmediatamente sentí un antojo, quise probarlo y pensé en que no había ningún sitio en Segovia en el que poder disfrutar de algo así», recuerda con nitidez. Tres semanas más tarde estaba firmando la constitución de su negocio.
Segofre se había dado más prisa en nacer que su segundo retoño.
Gema reconoce que nunca antes se había planteado emprender. Después de toda una vida como trabajadora por cuenta ajena, aún le cuesta reconocerse en el papel de gerente o poner en marcha herramientas tan básicas como un plan de negocio, que jamás trazó para impulsar Segofre pero que ahora, más curtida, está desarrollando para valorar si merece la pena que la empresa continúe creciendo.
Dos años y medio después de haber dado el primer gran salto gracias a la financiación de Iberaval, Gema reconoce estar muy orgullosa de sí misma por lo logrado. Aunque le cueste reconocerlo, su mérito es enorme, especialmente durante la pandemia, cuando llegó a perder la cuenta de las cajas de desayuno que vendió a domicilio. Una estrategia pionera con la que logró hacerse un hueco aún mayor en el corazón de los segovianos.
La mayoría de sus clientes, esos fieles que no pueden vivir sin su buen producto, su amabilidad, su detallismo y su sonrisa, saben que al éxito comercial se le suma una memorable gesta personal. Y es que, mientras encumbraba a esta emprendedora segoviana en su negocio, la vida, siempre caprichosa, le quitó a su pareja solo tres meses después de trasladarse al local que ahora ocupa. «Siempre creyó en mí y fue un gran apoyo», recuerda.
Segofre la ha ayudado a levantarse.
A partir de ese momento, este establecimiento ha sido, todavía más, un refugio «que me ha permitido ser yo y seguir luchando». Su proyecto empresarial representa «un tercer hijo que empezó siendo pequeño y ahora crece» y con el que Gema ha superado con creces sus sueños de empresaria incipiente. Extraordinariamente agradecida, valora muchísimo la actitud de una clientela «que entra a Segofre con una sonrisa por ver lo que logramos».
Hoy Gema Burgos sigue soñando.
Se imaginó llevar su empresa de feria en feria, y el Oktoberfest segoviano le dio la oportunidad de experimentar esa sensación tan gratificante que la reconcilia con su infancia, su vida y su pasado. Un mostrador, un buen producto y al otro lado un cliente agradecido. Y en la cara de esta empresaria sin miedo, una sonrisa que puede con todo.
El comercio en la operativa de Iberaval
El sector comercio tiene un peso destacado en la operativa de Iberaval. Así lo demuestran las más de 400 operaciones financiadas por la sociedad de garantía en toda su red durante el primer cuatrimestre de 2023, que suponen en torno al 22 por ciento de la acción total de la sociedad de garantía durante ese periodo.
En palabras de César Pontvianne, presidente de Iberaval, «históricamente, los sectores comercio y servicios han sido dos de los elementos tractores en nuestro espacio de financiación», si bien, argumenta, «en los últimos tiempos, la industria, igualmente ha ganado peso en la operativa de nuestra entidad».
En cuanto al tipo de operaciones que respalda Iberaval en ese ámbito, se dirigen, en su mayor parte, a la atención de necesidades de liquidez, esto es, cuando hay tensiones de tesorería concretas. Es ahí donde juega un papel destacado la SGR originaria de Castilla y León, que lidera el sector de las garantías en España, clave para miles y miles de empresas de cara a superar los efectos derivados de la pandemia y la Guerra en Ucrania.
Respaldo público y sostenimiento del empleo
En este punto, Pontvianne recuerda el papel jugado por administraciones como la Junta de Castilla y León, a partir de soluciones específicas desplegadas en los tres últimos años, que se han sumado a las líneas del histórico programa ICE Financia, cuyos fondos están bonificados a partir del Instituto para la Competitividad Empresarial (ICE).
El presidente de Iberaval también remarca el apoyo brindado por otras administraciones, como los ayuntamientos de Soria y Salamanca, en Castilla y León, o de Madrid, además de otros gobiernos autonómicos, como el de La Rioja, o desde este mismo mes, la Xunta de Galicia.
Iberaval igualmente juega un papel clave en el sostenimiento del empleo. De hecho, al cierre de abril, con su financiación, contribuía a mantener más de 208.000 puestos de trabajo a partir de un riesgo vivo que supera los 1.455 millones de euros, esto es, el importe financiado que actualmente está vivo, y que se distribuye entre más de 22.000 operaciones financieras.