El Abrigo de San Lázaro una de las referencias más importantes en la arqueología reciente en lo que se refiere al estudio de la presencia y actividad en la Península de las últimas comunidades neandertales antes de que se extinguieran, y que habitaron al lado de lo que es hoy la ciudad de Segovia. Un proyecto liderado por el doctor en Prehistoria David Álvarez, la licenciada María de Andrés y el doctor Andrés Díez, que dio el pistoletazo de salida en 2019.
Se trata de un yacimiento en cueva con una mediana dimensión cuyo contenido arqueológico se encuentra depositado en cuatro niveles directamente relacionados con la actividad de los grupos humanos que correspondían al neandertal. En concreto, se han hallado piezas líticas y puntas que tienen más de 40.000 años y que permitían a los neandertales configurar auténticas herramientas para cazar y conseguir comida.
El alcalde de Segovia, José Mazarías, junto con delegado territorial de la Junta, José Luis Sanz Merino, han visitado en la mañana de este martes las excavaciones que se están llevando a cabo en el yacimiento arqueológico del Abrigo de San Lázaro, ubicado en una oquedad rocosa situada en la alameda de la Fuencisla, concretamente en la margen derecha del río Eresma de la capital segoviana.
El Valle de Eresma fue un lugar idóneo para estos neandertales por sus abundantes recursos naturales que facilitaron su subsistencia, adquiriendo materias primas y también alimentos.
Un yacimiento descubierto en 2012
El yacimiento fue descubierto en 2012 y las campañas posteriores desde 2013 han ido definiendo las características singulares de este yacimiento, que engloba ocupaciones neandertales de hasta 45.000 años.
Se trata, anda más y nada menos, que de la primera evidencia de ocupación de neandertales entre el río Duero y el Sistema Central y Segovia se convirtió en la primera ciudad española con el rango de Patrimonio de la Humanidad que cuenta con un tacimiento de este tipo.