El TSJCyL ha condenado a un hombre a pagar una indemnización de 55.000 más intereses a la hija menor de edad de su expareja, de la que abusó sexualmente durante dos años, cuando esta tenía entre cinco y siete años.
Según consta en la sentencia a la que ha tenido acceso EL ESPAÑOL - Noticias de Castilla y León, la sala ha estimado parcialmente el recurso de apelación interpuesto por la acusación contra la sentencia dictada por la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Segovia. Dicha sentencia obligaba al acusado a pagar una indemnización de 20.000 euros, la parte denunciante exigía que esta fuese de 100.000, pero finalmente el TSJCyL la ha fijado en 55.000.
Cabe destacar que el acusado ya fue condenado por la Audiencia Provincial de Segovia a 15 años de cárcel como autor responsable de un delito continuado de agresión sexual con intimidación, con la prohibición de acercarse a la menor a menos de un kilómetro y de comunicarse con ella por cualquier medio durante 10 años a contar desde su salida de prisión. Por este motivo, cumple condena en prisión provisional y sin fianza desde el 30 de junio del 2022.
Durante el tiempo que ocurrieron los hechos, el hombre en cuestión mantenía una relación sentimental con la madre de la víctima, con la que convivía en un domicilio de la provincia de Segovia, junto a las dos hijas de esta y el hijo que ambos tenían en común.
Así, entre 2020 y 2022, cuando una de las hijas de la mujer tenía entre cinco y siete años, el acusado utilizó el domicilio familiar y el trastero para abusar sexualmente de la menor en reiteradas ocasiones y aprovechando las ausencias de su pareja y madre de la menor, así como la vulnerabilidad de la niña, a la que llegó a tocar su zona genital con sus manos e incluso con su pene.
La sentencia informa de que la primera vez que abusó de ella fue al día siguiente de que esta cumpliese cinco años. Él entró por la noche en la habitación de la menor para meterle la mano por debajo de las sábanas y tocarle la vagina, momento en el que la niña asustada gritó sin que su madre la escuchara.
Tiempo después, en un viaje familiar, este entró en la habitación en la que la niña dormía con sus primos en casa de su tía para introducir su pene en la vagina de la menor, haciéndola sangrar.
Además, en otra ocasión, en la habitación principal del domicilio familiar, el acusado, aprovechando la ausencia de la madre de la menor y que la hermana estaba en otra estancia, cerró la puerta con llave y abusó sexualmente de la niña una vez más.
Y es que, el acusado le llegó a decir a la niña que si en algún momento contaba lo ocurrido la agrediría o haría lo mismo a su hermana pequeña. Unas palabras con las que, al parecer, trataba de amedrentarla y evitar que alguien le descubriese.