Aunque la tarde estaba amenazante, y cayeron cuatro gotas, no fue óbice para que la portátil de La Lastrilla, en el alfoz de Segovia, se llenara al completo en un festejo organizado por el matador de toros, empresario y ganadero de Navalmanzano Emilio de Frutos, quien también participó en el festejo.
Se lidiaron dos erales de Cayetano de Frutos y dos de El Tajo, propiedad del que fuera gran figura del toreo Joselito, que resultaron nobles con buen juego en general.
Ortega Cano
Abrió festejo el veterano Ortega Cano, un figurón del toreo que a sus 70 años quiso conmemorar el 50 aniversario de su alternativa. Lidió un añojo a modo de Cayetano de Frutos, algo justo de fuerzas, con un recibo capotero lleno de torería y despaciosidad, estuvo auxiliado por el salmantino Talaván. La franela la lució con ambas manos mostrando su sabiduría torera donde hubo temple, poso y torería. La espada entró al segundo intento y paseó una oreja.
Finito de Córdoba
En segundo lugar, actuó Finito de Córdoba con un novillo castaño chorreado de Joselito (El Tajo). Las verónicas fueron majestuosas. El inicio fueron unos adornos con el pase de las flores y molinetes para después proseguir con derechazos profundos y muy sentidos del diestro cordobés que aún mantiene la esencia torera que siempre tuvo. Los trincherazos finales fueron de cartel de toros. La estocada casi entera fue premiada con dos orejas.
Emilio de Frutos
El de Navalmanzano lidió y estoqueó con brillantez un eral de su hijo Cayetano que tuvo genio, pero en sus manos y con su veteranía resolvió con lucimiento endosándole unas bellas verónicas componiendo la figura y rematadas con dos medias. Ortega Cano lo vio claro y salió a hacer un quite a pies juntos y rematando con tres medias verónicas que fueron muy jaleadas por el público.
Con la muleta, De Frutos se dobló por bajo para redondear con una tanda con la derecha, seguida por otra al natural y rematando la faena con estatuarios y manoletinas. Estocada entera lo que le permitió pasear los máximos trofeos en compañía de su hijo.
Jorge Oliva
El novillero de la escuela taurina de Segovia lució maneras desde que se abrió de capote con una larga cambiada, seguida de una tanda de verónicas bien rematadas ante un novillo de El Tajo que ofreció excelentes condiciones. Hasta le hizo un quite aprovechando su dulzura.
Es también buen rehiletero y ejecutó un tercio de banderillas brillante: el primero de dentro afuera, el segundo con un quiebro y el tercero con una pirueta en la cara; todos con mucha torería.
Muleta en mano, tuvo el gesto de brindar a los tres compañeros de cartel, iniciando la faena sentado en el estribo y continuando rodilla en tierra para rematar con un precioso pase de pecho
Los derechazos y naturales se fueron sucediendo ante el novillo de El Tajo que fue pronto y con buen son. Siempre a más. Los circulares finales llevaron un brillante cambio de mano, rematado con un trincherazo sublime y un desplante de auténtico novillero. Con pases por bernadinas y un espadazo finiquitó al noble animal.
Sin duda, Segovia promete un torero con Jorge Oliva quién paseó las dos orejas y el rabo. Antes, el novillo de Joselito fue premiado con la vuelta al ruedo.
Gran tarde de toros en La lastrilla 26 años después del último festejo que se dio en esta localidad. La comisión de festejos tuvo gran acierto al organizar este festival con la colaboración de la empresa Grana Tauro.