La Junta de Castilla y León ha finalizado los trabajos de consolidación de la edificación existente de la iglesia románica de Paones (entidad de Berlanga de Duero, Soria), con una inversión de 206.600 euros.

La arquitecta Laura López y el arquitecto técnico Luis Alberto Valtueña, así como la empresa Rehabisoria ha intervenido en la actuación, promovida y financiada por la Dirección General de Patrimonio Cultural.

La intervención ha conseguido paralizar el estado de ruina que progresivamente ponía en peligro la estabilidad de la construcción que aún se conservaba en pie, amenazando la seguridad de los posibles visitantes y vecinos al inmueble.

La iglesia de Paones presenta la estructura típica de las iglesias románicas del medio rural, compuesta de una nave y cabecera, a la que se adosa un atrio y una sacristía en el muro sur. Sobre el hastial oeste se sitúa la espadaña, que tiene dos huecos para las campanas.

Estado de la iglesia

La iglesia románica, que puede datar del siglo XII, conserva la cabecera y una parte de los muros de la galería, que a lo largo de los años ha sufrido transformaciones, como el cegado de sus vanos y el recrecido de sus muros en su extremo oriental para la construcción de una capilla.

La espadaña presenta más dudas cronológicas, dado el carácter de añadido a las fábricas de los muros de la iglesia. En un hueco existente en el muro de esta capilla aparecen dos basas y el espacio donde debió estar un fuste y un capitel, hoy desaparecidos, que han dejado su huella en la fábrica, y aparece, embebida en la fábrica del muro, una pieza de la imposta.

El resto de la galería se encontraba derrumbada y los fustes y capiteles originales se han conservado recogidos en la Colegiata de Berlanga de Duero. El ábside se ataba por su cara exterior con un atirantado provisional.

El muro sur de la nave se derrumbó por completo desde la entrada desde la galería hasta la cabecera, antes del inicio de las obras de consolidación de la iglesia, y el resto de muro sur, en su unión con la espadaña, presentaba derrumbes de su mampostería hacia la galería. Todo el material derribado se encontraba en la nave de la iglesia.

En la fábrica de la espadaña se observan varias piezas con bocel reaprovechadas. El coro interior también se encontraba en completa ruina y abandono, quedando alguna viga de madera inestable y con peligro de derrumbe inmediato, y la escalera completamente inutilizable. El muro norte de la nave en su unión con la espadaña no presenta traba, estando completamente separados.

Las cubiertas de la nave y cabecera estaban resueltas con armadura de madera, que se encontraba en estado de ruina total y desaparecida, quedando alguna de las vigas de madera en el suelo de la nave. Sus ménsulas y las soleras en los muros tienen una decoración muy sencilla.

Consolidación

La intervención efectuada por la Consejería de Cultura y Turismo, incluida en la segunda fase del programa Soria Románica, ha conllevado una serie de fases que se iniciaron con trabajos previos a la propia labor de consolidación, como fueron los de desescombro y limpieza interior, eliminando todo elemento que pudiera suponer un peligro estructural.

Asimismo, se ha recobrado la estabilidad del ábside románico, dotándole de un arco toral de la misma sección original que le separa de la nave y que permite contrarrestar los empujes de la bóveda y de la cubierta de toda la cabecera de la iglesia, dándole una cubrición de teja que había perdido.

La actuación ha servido para recuperar la lectura de la galería románica porticada arruinada, así como del coro y su escalera de acceso.

En las labores de consolidación general de la iglesia se han sellado todas las fisuras y grietas de la fábrica de sillería con mortero de cal a presión, en el tramo del cerramiento este se han realizado cosidos con varilla de fibra de carbono y resina epoxi y se ha tapiado el vano del tramo sur del ábside con sillería de caliza similar a la existente.

La parte superior de los muros de la capilla se han rematado con zuncho de atado de hormigón perimetral, en la que estructuralmente resultaba necesario, coronando superiormente con losas de piedra caliza de tres centímetros de espesor y con una cubrición de plancha de plomo de 1,5 milímetros sobre lámina de fieltro, para evitar la filtración de agua de lluvia a los muros.

En los revestimientos interiores se ha picado y eliminado la capa de mortero de cal sobre la bóveda del ábside y rascado el enlucido de los paramentos interiores del arco de la gloria, se han recompuesto las piezas de piedra caliza que faltaban en el ábside y se han fijado y consolidado las pinturas murales que permanecían en este.

Asimismo, se ha procedido a la reintegración cromática de los paramentos cuyo acabado estaba muy distorsionado respecto al existente, mediante agua de cal y resina acrílica.

La obra se ha rematado con una pavimentación adecuada para el acceso por los visitantes y de acuerdo a su estado de ruina consolidada, con un encachado de piedra sobre lámina geotextil, con la disposición perimetral de un palastro de acero que lo limita en su encuentro con los muros del presbiterio y sacristía.

El solado del ábside se ha realizado con mortero de cal hidráulica natural y el de la galería porticada con pavimento terrizo, con pendiente hacia la nave o al exterior para evitar la acumulación de aguas en ambos casos.