La Semana Santa de Ágreda (Soria) rezuma siglos de historia, ya no solo por el desfile procesional de su hermanos cofrades ataviados con el traje que Felipe IV vestía cuando visitaba la villa en el siglo XVII, sino por sus pasos procesionales y otros elementos que atestiguan la importancia de esta localidad en el contexto histórico de Castilla. Uno de esos elementos son las Santas Espinas de la Corona de Jesús, que se guardaban en la Iglesia de la Peña y que sus habitantes veneran cada Martes Santo ahora en la basílica de Nuestra Señora de los Milagros.
En el año 2001 se celebró en Ariano Irpino (sur de Italia) un congreso internacional sobre diferentes materiales. El botánico de la Universidad de Jerusalén, Avinoam Danuim, presentó un estudio sobre las Espinas de Ágreda y consideró que son de una madera de acacia común en Palestina hace unos 2.000 años, lo que da autenticidad científica al hecho de que Ágreda sí tenga parte de aquella corona que pusieron a Jesús en la Cruz y que simboliza que pereció para salvar a la humanidad.
La Hermandad de la Vera Cruz explica que las primeras noticias que hay sobre las mismas son del año 1590, siendo obispo de Tarazona, diócesis a la cual pertenecía la villa, Pedro Cerbuna.
Este prelado hizo varias investigaciones sobre el origen y la veracidad de las espinas y terminadas las mismas de manera positiva, comenzó su culto. “Al principio estaban dentro de una cruz de bronce que tenía un cristal delante. En 1717 se mandó hacer un relicario de plata con las espinas y reliquias de la Consagración de la iglesia”.
La Cofradía recuerda que San Luis de Francia compró al último emperador de Constantinopla, Balduino II, las citadas espinas y varias de ellas se hallan en distintos lugares de España.
San Luis era sobrino de Leonor de Castilla, que se casó en Ágreda en 1121 con el rey de la Corona de Aragón, Jaime I, en la Iglesia de la Peña. Por ello se cree que la reina regaló a la Iglesia de la Peña, hoy convertida en museo de arte sacro, las Santas Espinas de la Corona de Cristo.
Actualmente las Santas Espinas se encuentran en un relicario de dos cuerpos, en el superior están las espinas y en el inferior las reliquias de la consagración de la iglesia. Los agredeños besan el citado relicario todos los Martes Santos por la tarde, tras la celebración de la eucaristía.