Los truficultores de Soria estiman poner en el mercado esta campaña alrededor de cuatro toneladas de tuber melanosporum, una cifra que se acerca a lo que los truficultores vendieron el pasado año. El secretario de la Asociación de Truficultores de Soria, José Manuel Pérez, indicó que, de momento, los truficultores se ven abocados a vender casi la totalidad de la trufa en el mercado internacional, debido principalmente a que en España se carece de una cultura sobre el consumo de este hongo, que muchos tildan de ‘delicatessen’.
Asimismo, subrayó que se ha detectado una "saturación en el mercado", es decir que, el pasado año, más trufa de la que se logró vender, debido a que la hostelería estuvo cerrada y no se colocó la trufa que habitualmente se consume en bares y restaurantes "Parece que existe cierta saturación en el mercado. No obstante, habrá que analizar si es debido a la pandemia o porque estamos saturando el mercado", indicó.
En este sentido, aseguró que el reto pasa porque los consumidores a nivel nacional consuman más trufa y que no se sature el mercado, ya que "poco sentido tendrá" plantar y plantar encinas sino existe mercado.
A pesar de ello, el colectivo ha detectado que cada vez hay más productos en el mercado que incorporan la trufa como añadido, y agregó que es necesario que los mismos garanticen que se ha utilizado la tuber melanosporum nacional y no se han utilizado sucedáneos o trufas importadas de menor calidad. “Creemos que muy poco a poco el consumo nacional va aumentando”, destacó.
La producción, a pesar de que a fecha de hoy presenta buena calidad, le ha costado arrancar, debido a que las temperaturas benignas han provocado que madurara más tarde, así lo manifestó el portavoz del colectivo, quien recordó que el apreciado hongo negro necesita frío para su maduración. Al respecto señaló que si las “previsiones catastrofistas” se cumplen y se elevan las temperaturas en invierno, el cultivo de la trufa en comunidades como Castilla y León quedará en entredicho.
“Este año las producciones se han retrasado de forma general. Actualmente, tenemos un problema que son las heladas que nos imposibilitan la recogida. Nosotros dejamos pasar el hielo y sólo recolectamos en las plantaciones más soleadas con el objetivo de recoger la trufa con mayor calidad”, explicó.
Menos producción silvestre
Respecto a la trufa silvestre, según Pérez, cada vez hay una menor producción, es más, cada vez las producciones son “más residuales” debido principalmente al aumento de la temperatura. Además, al no poder controlar la producción como en la plantación con riegos y labores, la trufa de campo o silvestre está abocada a desaparecer, según Pérez. “Hay muy poca trufa de campo. La que hay desprende un olor exquisito pero se ve más afectada por las plagas, porque no se pueden controlar. En apariencia es más fea pero sus cualidades organolépticas son extraordinarias”, destacó.
El Decreto de la Junta estableció que la campaña para la recolección de la trufa en Castilla y León arrancara el 15 de noviembre para plantaciones y el 30 del mismo mes para la trufa de campo y finalizará el 15 de marzo para la trufa silvestre y 31 de marzo para las plantaciones.
Los truficultores de Soria trabajan junto a la Diputación provincial de Soria para conseguir una marca de calidad para la Trufa de Soria, un proceso administrativo que se ha ralentizado por la pandemia pero que, según el colectivo, llegará a buen puerto.