El candidato a las Cortes de Castilla y León por la agrupación de electores de Soria ¡YA!, Ángel Ceña, subrayó hoy que Soria tiene "derecho a tener un futuro y una oportunidad", y trasladó a los electores que es momento de tener voz en las instituciones, ya que hasta ahora gritaban pero nadie les escuchaba.

Ceña abrió hoy la campaña electoral con la pegada de carteles en la localidad soriana de Arenillas, un lugar escogido por ser símbolo de la lucha contra la despoblación, ya que en los últimos años ha conseguido revertir y frenar el declive demográfico.

El candidato por Soria ¡YA! aseguró que de camino desde Soria a Arenilla, sólo se había encontrado pueblos “fantasmas”, y añadió que éste es el símbolo en el que se inspira la agrupación de electores que quiere beber de la idea de que “muchas cosas pequeñas pueden hacer una grande”.

Asimismo, Ceña significó que con su participación en política al resto de formaciones no les quedará más remedio que escuchar la voz de Soria y preguntar qué es lo que quieren para la provincia.

“Soria Ya!”, expresó el candidato del colectivo ciudadano que finalizó su intervención con una alusión a una frase de Antonio Machado: “Haced política porque si no la hacéis otros lo harán por vosotros o contra vosotros”.

Los vecinos de Arenillas vivieron este inicio de campaña como una auténtica fiesta con gritos en los que exigían poder vivir en el medio rural soriano y al ritmo del tema ‘No nos podrán parar’ de Celtas Cortos.

El colectivo ciudadano finalizó la campaña de Soria con la proyección de un video en que el apare el pueblo deshabitado de Peñalcazar, localidad amurallada y abandonada.  Uno de los fundadores del movimiento ciudadano, Goyo Sanz, fue el protagonista del anuncio de campaña. Él octogenario aludió a que la provincia tiene futuro, ya que es un momento de cambio y de luchar por los derechos que deben ser comunes a todos independientemente de dónde se resida. 

Es por ello que animó al electorado a optar por la formación para evitar  el éxodo de jóvenes y que Soria quedé relegada a un lugar de vacaciones o un auténtico desierto demográfico.