El primero de septiembre, llegaron cuatro flamencos y hace escasos días se ha unido al grupo uno más. La intensa sequía que sufren los humedales del sur, donde crían estas aves (Doñana, las Salinas de Alicante o la Reserva Natural de la Laguna de Fuente de Piedra, en Málaga) ha provocado que los animales se hayan tenido que desplazar. Sus movimientos divagantes les han hecho recalar en Soria, uno de los lugares más “frescos” de España.
“Esto no implica que estemos ante una evidencia del cambio climático, porque en los próximos 20 años igual no vuelve a aparecer un flamenco en Soria. Creo que su presencia ha tenido que ver con la escasez de agua y las olas de agua que les ha obligado a desplazarse más lejos que en anteriores ocasiones", detalla a Ical Juan Luis Hernández, ornitólogo de SEO Birdlife.
De hecho la hasta ahora una única cita de flamencos en Soria se había producido en la linde con Aragón, "hace seis años en el embalse de Monteagudo de las Vicarías se vieron dos adultos rosas unas horas", pero hasta el Duero no habían subido nunca. “Estos se pararon y se fueron en el día. Pero los de la cuerda del Pozo se han sedimentado durante, al menos, un mes”, agrega.
Los flamencos han elegido una cala del pantano, en el término municipal de Abejar, en la desembocadura del río Bajero, cerca del camping Urbión, en una zona tranquila –no es de baño ni de paseo-. Además el río aporta sedimentos y fangos, lo que habilita una zona buena para la cría de las aves.
Juan Luis Hernández puntualiza que también se han visto flamencos en zonas húmedas de Salamanca, Palencia, norte de Burgos, es decir, que se ha producido una dispersión de ejemplares jóvenes a Castilla y León.
El ornitólogo explica que, en los últimos días, se han avistado otras aves que no propias de Soria ya que tienden a utilizar lugares con agua, y eso a pesar de que el embalse de la Cuerda del Pozo no tiene vegetación palustre ni subacuática casi, es decir, no presenta las condiciones adecuada para la cría. “Este domingo pasado vimos una pagaza piquirroja que quizás fuera sueca y se dirija a África a pasar el invierno. También hay dos patos tarros canelos preciosos que quizás se hayan escapado de algunos parques porque se crían en Canarias”.
Hernández asegura que el mes de septiembre es uno de los mejores para avistar aves, ya que están en pleno proceso migratorio que van del norte y centro de Europa a África y pasan por Soria. De este modo otro ornitólogo de SEO Birdlife ha logrado ver 50 cigüeñas negras, procedentes de Chequia, Bélgica y Alemania en Almazán.
Además en la Cuerda del Pozo se pueden ver vuelvepiedras (propia de zona de costa), gacetas comunes o correlimos. “Son aves propias de zonas húmedas y en Soria, a fecha de hoy, solo hay dos zonas húmedas la Cuerda del Pozo y el embalse de Monteagudo”.
No obstante, la sequía también ha tenido su “cruz” para las aves autóctonas de la provincia de Soria. De este modo, si obedece a esta causa, Hernández indica que ha sido un año “muy malo de cría” para las especies acuáticas y de las rapaces, tanto águilas como buitres, porque les pilló la incubación y cría en abril que hizo mucho frío y los pollos murieron. "Hemos comprobado que para los ratoneros y cernícalos, aguiluchos ha sido un año muy malo en su cría”.
Paseo ornitológico
Seo Birdlife ha organizado para hoy una jornada para avistar aves en las zonas urbanas de la capital, en concreto en la Dehesa, el parque del Castillo y las márgenes del Duero. De este modo, además de gorriones y palomas, los participantes podrán ver especies forestales como herrerillos y carboneros, a los cuales los sorianos ya les da de comer de la mano.
En el parque del Castillo se podrá ver el herrero capuchino, ligado a pinares y sabinares y la paloma torcaz, propia del monte, que ocupa los tres lugares. Además también se hará notar la presencia de una cotorra argentina en la Dehesa y otra cotorra de kramer en la ribera del río, especies invasoras que “no deberían estar allí”. “Los organismos competentes deberían erradicarlas, porque solo hay una pero pueden venir más y ya han pasado dos inviernos en la ciudad”, especifica para agregar que estas aves no tienen enemigos, no son agresivas y tienen más éxito reproductor y compiten con especies autóctonas.