Cuando en el interior de un cuerpo su músculo motor destila emotividad, porque sus raíces son sinceras, y recibe públicamente la gratitud sentida de su receptor, no cabe otra que la correspondencia del bien nacido. ¡Gracias, Miguel Ángel! ¡Gracias, familia Teresa Manchado! No hice sino lo que debía …
Aglutinar un importante elenco de relevantes personalidades de la vida social española no es nada fácil, menos tratándose del mundo del toro; menos aun si el escenario es un modesto pueblo de la Soria vaciada. Y, precisamente eso es lo que consiguió ayer Miguel Ángel Teresa en su pueblo, Abejar; villa soriana de la Comarca de Pinares, a la que se considera como su puerta, porque por ella se entra al nacimiento y cuenca inicial del Duero y, por ende, a los pinares de Urbión.
“Solamente llega el final cuando piensas en él, y creo que hay mucho futuro; futuro y final empiezan por f, pero no significan lo mismo” fueron palabras del periodista Carlos Ruiz Villasuso, primero en acceder a la tarima de premiados. Unas palabras que, si bien hacían alusión a su nueva etapa profesional, pueden servir de estímulo y esperanza para la vida rural, que no debe verse en el final sino en el futuro, por el bien de todos.
Alberto García Buj, empresario de Tauroemoción, por su reciente experiencia al frente de la plaza de toros de Cali “si algún día tiene que terminar la Tauromaquia, que sea porque lo decide la gente de Colombia y no porque lo deciden cuatro políticos que están en Bogotá”.
De España, aludió a la especial ilusión que le ha hecho su reciente adjudicación de Valladolid; en cuanto a Burgos y Soria, dos plazas que ha regentado y que salen a concurso, si la primera tiene claro que volverá a luchar por ella, de la segunda casi cerró la puerta a concursar, por esta vez, ya que, aunque va a esperar para ver si sale un pliego sensato, cree que, por las informaciones que tiene, ese pliego no va a ser del todo beneficioso, para que pueda salir rentable a la empresa y darse la calidad que merece Soria.
El ganadero Antonio Bañuelos, ganadero burgalés de “los toros del frio” y presidente de la Real Unión de Criadores de Toros de Lidia, manifestó que “solo se puede ser ganadero de bravo por vocación, lo económico es muy volátil”.
Sonó la música porque, aunque no estaba en el guion, accedió al micrófono del presentador, el autor de los pasodobles del propio conductor de la gala, Carlos Martín Santoyo, del novillero Sergio Rodríguez y del becerrista Marco Pérez. Y, precisamente a esté último el Maestro Eugenio Gómez le hizo entrega oficialmente de las partituras de su pieza musical. Y se despidió con el anuncio de que ya ha empezado a escribir una nueva composición, que llevará por título “Hotel La Barrosa”.
El benjamín de los premiados, Marco Pérez, demostró con creces que este mundo taurino es para personas a las que les funciona bien la cabeza y él, con tan solo quince años, la tiene muy bien amueblada.
Turno para el novillero sin picadores, por poco tiempo ya porque debutará con “los de aúpa” el 20 de febrero en Ciudad Rodrigo, que para él es una fecha muy especial, soñada, como para cualquier torero.
El novillero con picadores Sergio Rodríguez, preguntado por Carlos que “para cuando el salto con el barbas”, porque ya lo veía sobrado con el utrero, respondió que “soy un torero que me gusta vivir el día a día y tomarme las cosas con calma y, por lo tanto, vamos a pensar en Valencia y Madrid que es lo que tenemos al frente y ya iremos viendo cómo va surgiendo la temporada”.
Y como colofón llegó el Maestro José Ignacio Uceda Leal y, en alusiones a que siempre fue torero de Madrid, pero que desde 2017 no había vuelto hasta 2022, y a la empresa no le ha quedado otro remido que repetirle este año dos tardes, el torero de Usera dijo que “en el toreo nunca se sabe, la verdad, esto da muchas vueltas; yo he tenido mucha vocación, mucha afición, no me he aburrido, he sido fiel a mi forma de concebir el toreo. (…) Estoy en un momento que estoy disfrutando muchísimo y siento que lo que yo disfruto lo transmito”.
Y despidió la gala el presentador “por Sabina” que decía “el que no quiera ir a los toros que no vaya, pero que no hablen de ecología ni de amor a los animales, porque no conozco a nadie que los ame más que los ganaderos y los toreros”.