El Partido Animalista Pacma ha formalizado ya su demanda contra el único toro embolado que aún se celebra en Castilla y León. Ahora, la magistrada del Juzgado de lo Contencioso Administrativo de Soria tendrá que valorar los argumentos jurídicos de la formación política, que afirma que el Toro Júbilo "carece de base legal para poder seguir celebrándose".
Entre los muchos argumentos plasmados en la demanda, la asesora jurídica del partido, Eva Ramos, destaca la modificación de la Ordenanza reguladora del festejo que aprobó el Ayuntamiento de Medinaceli en 2015, tras la cual, según ha desvelado Pacma, el consistorio no habría seguido el procedimiento legalmente establecido en el Reglamento taurino de Castilla y León. Por ello, el Toro Júbilo carecería desde entonces de su catalogación como "espectáculo taurino tradicional".
Otro de los fundamentos de la demanda se basa en la muerte del toro utilizado en 2022. A criterio de Pacma, si, tal y como consta en la documentación veterinaria, el animal estaba en perfectas condiciones y, tal y como afirmaron la Guardia Civil y la delegada territorial de la Junta, no se había cometido ni una sola infracción de la normativa, "eso solo puede significar que lo que la normativa permite hacer a los toros, les puede causar la muerte". Esto, según los animalistas, "implicaría, a su vez, que la misma no se habría adaptado al Decreto de 2016 por el que el Gobierno autonómico prohibió la muerte de los toros en público".
Para reforzar esta argumentación, Pacma ha presentado un informe del veterinario José Enrique Záldivar, presidente de AVATMA, en el que se analizan los vídeos con los que el partido documentó el festejo de 2022, desde un punto técnico veterinario. En la misma línea, el informe sostiene que el desarrollo del festejo permitido por la ordenanza, puede provocar la muerte de los animales. En palabras del veterinario "por su desarrollo, en el Toro Júbilo, se dan todas las circunstancias para que ocurra tal fatalidad". Así, concluye que la muerte del novillo en 2022 "no debe ser considerada como algo anecdótico, casual o accidental, sino como algo que puede suceder cuando se lleva a un organismo vivo más allá del límite de lo soportable".
El equipo legal de PACMA explica que festejos como el Torneo del Toro de la Vega o el Toro Júbilo "exceden de lo que el Reglamento taurino permite hacer a los animales y que ambos han podido celebrarse porque tenían la consideración de espectáculo taurino tradicional". Sin embargo, sostienen que para poder mantener tal declaración, es preceptivo que, tras cualquier modificación de las bases reguladoras, los ayuntamientos deban presentarla ante la Junta, de manera que esta dé su conformidad mediante una Orden. Y es que, según Pacma, en el caso del Toro Júbilo es algo que Medinaceli no hace desde la modificación de 2015.
Por todo ello, los animalistas confían en que la magistrada les dé la razón tras estudiar detenidamente sus argumentos y pruebas. En caso de que así sea, la resolución "comprometería seriamente que el espectáculo pudiera volver a celebrarse en el futuro".
"Estos cruentos festejos deberían estar prohibidos desde hace tiempo, pero, la realidad es que, mientras no tengamos gobiernos verdaderamente comprometidos contra el maltrato animal, no nos queda otra que seguir dedicando mucho tiempo y recursos a acabar con ellos, uno a uno, ante los tribunales", ha sentenciado Cristina García, abogada y vicepresidenta de Pacma.