Imagen del castillo de Calatañazor, en Soria

Imagen del castillo de Calatañazor, en Soria Concha Ortega ICAL

Soria

La aldea legendaria de Soria que protagonizó una de las batallas más icónicas de la Reconquista

Las calles de la localidad atestiguan el paso de los siglos y permiten al visitante trasladarse a la época medieval

23 julio, 2024 07:00

En la comarca de las Tierras del Burgo, en plena provincia de Soria, y a 31 kilómetros de la capital soriana, se encuentra una aldea legendaria que protagonizó una de las batallas más importantes de la Reconquista. Se trata de un municipio de origen medieval cuyo relieve se encuentra definido por el valle del río Milanos y la sierra de Cabrejas al norte, y parte del mismo se encuentra integrado en una impresionante reserva natural sabinar. 

Situado a 1.063 metros por encima del nivel del mar, la localidad de Calatañazor, de tan solo 45 habitantes, destaca por su altitud y por su impresionante arquitectura, en un paraje digno de una película de Hollywood –de hecho, el afamado cineasta Orson Welles rodó allí algunas escenas de 'Campanadas a medianoche', en 1964– en un entorno que se ubica entre el conocido como puerto del Temeroso, de 1.080 metros de altitud, que es cruzado por la carretera nacional.

Esta espectacular aldea medieval se encuentra rodeada por el Alto del Cebollín, al norte, un pico con 1.220 metros de altitud, cerca de la sierra de Cabrejas, y los 1.000 metros a orillas del río Milanos. Un entorno único que favorece a la hora de conceder al municipio su aspecto místico.

Una calle de Calatañazor

Una calle de Calatañazor Concha Ortega ICAL

Un nombre árabe y un origen prerromano

La etimología del actual topónimo de Calatañazor procede del árabe Qal`at an-Nusur (قلعة النسور), en castellano 'castillo de las águilas', pero el primitivo asentamiento de la localidad se corresponde con una ciudad de los arévacos, el pueblo prerromano que pobló la zona, llamada Voluce, que se situaba a un kilómetro del actual Calatañazor, sobre el conocido como cerro de Los Castejones. 

Se trata de un asentamiento que encuentra su origen en el siglo III antes de Cristo y que extendió su historia hasta el siglo V, al final del dominio romano de la Península Ibérica. Fue con las invasiones de los pueblos germánicos cuando los habitantes de Voluce se trasladaron al promontorio que ocupa la actual Calatañazor y se asentaron en él. De aquella época visigoda se conservan las tumbas antropomorfas que aparecen excavadas en la roca en la base del castillo.

Durante el siglo VIII se produjo la invasión musulmana de la Península Ibérica, que llegó hasta el territorio de Calatañazor, y fue en ese contexto de los combates entre cristianos y musulmanes cuando se produjo el acontecimiento histórico que supuso un antes y un después para la historia de la localidad.

El Castillo de Calatañazor

El Castillo de Calatañazor Concha Ortega ICAL

Cuando Almanzor perdió el tambor: la batalla de Calatañazor

En el verano de año 1002, el general del califa Hisham II y caudillo de Al-Ándalus, Almanzor (Al-Mansur, 'el victorioso'), llevaba a cabo, como cada jornada estival durante los últimos 20 años, razias sobre las comarcas cristianas desde Santiago de Compostela hasta Barcelona.

La campaña militar de aquel año le llevó a San Millán y Canales, en La Rioja, de donde volvía, enfermo, a sus cuarteles de invierno andaluces. La ruta hacia Medinaceli le llevó al puerto de Santa Inés desde los Cameros y a traspasar el puerto de Cabrejas, para salir a campo abierto justo en frente al peñasco de Calatañazor.

En aquel momento, el conde de Castilla, Sancho García, que se había enfrentado a las tropas de Almanzor dos años antes en Peña Cervera, calculó que había llegado el momento de acabar con el caudillo musulmán, envejecido, enfermo y en retirada. Así es como comenzó la mítica batalla de Calatañazor, y es en este municipio en el que la tradición sostiene que Almanzor "perdió el tambor", haciendo referencia a que perdió su talismán y resultó derrotado.

La localidad de Calatañazor, en Soria

La localidad de Calatañazor, en Soria Concha Ortega ICAL

Contemplando el paisaje desde el castillo de la extensa llanura, que hoy se conoce como Valle de la Sangre, el visitante puede imaginarse la carga de las mesnadas de Sancho García contra las tropas califales y su huida por el camino de Bordecorex hacia el municipio soriano de Medinaceli. Almanzor murió la noche del 10 al 11 de agosto de 1002 y fue sepultado en esa localidad.

Alfonso X, Sancho IV y María de Padilla

Durante la Edad Media, se vinculó a Calatañazor con personajes de primer nivel como Alfonso X o Sancho IV, que visitaron la villa, o María de Padilla, esposa de Pedro I el Cruel, que pertenecía al linaje de los Padilla, señores de Calatañazor. De esa familia formaron parte Juan Fernández de Padilla, que es notorio por sus enfrentamientos con el obispado de Osma, su nieto Juan de Padilla, adelantado mayor de Castilla, su hijo, Pedro López de Padilla, también adelantado mayor, Martín de Padilla, que participó en la batalla de Lepanto, al que Felipe II otorgó el cargo de capitán general de las galeras de España, y la ya citada María de Padilla, amante de Pedro I.

En el siglo XVII Calatañazor pasó de manos de los Padilla a la casa de los duques de Medinaceli y a esta perteneció hasta que, al fallecer sin descendencia Luis Francisco de la Cerda, su noveno duque, su hermana María heredó el patrimonio y recayó, tras su boda con el marqués de Feria, en este linaje un siglo después.

Una feria de productos artesanos y ecológicos en Calatañazor

Una feria de productos artesanos y ecológicos en Calatañazor Fernando Santiago ICAL

Después de la caída del Antiguo Régimen, la localidad de Calatañazor se constituyó en municipio constitucional en la región de Castilla la Vieja, dentro del partido de Almazán, que en el censo de 1842 contaba con 57 hogares y 232 vecinos. Actualmente, forma parte de la provincia de Soria, dentro de la comunidad autónoma de Castilla y León desde su constitución en 1983, tras la Transición a la democracia después de la muerte del dictador Francisco Franco.

Qué ver en Calatañazor

Las calles de Calatañazor atestiguan el paso de los siglos y permiten al visitante trasladarse a la época medieval. Sus aceras empedradas con canto rodado, las casas con paredes de tapial de barro y paja o tosca mampostería de piedra, su estructura y trabazón que se encuentra confiada a irregulares rollizos de enebro, las puertas protegidas por postigos de media altura y las cubiertas de teja sobre las que se alzan las genuinas chimeneas cónicas pinariegas. Solo transitar sus calles y contemplar las viviendas del municipio es una experiencia única.

Además, esta aldea legendaria soriana cuenta con los restos de un increíble castillo y de dos iglesias. El Castillo de Calatañazor se remonta al siglo XIV, fue solar de los Padilla y en él nacieron varios de sus miembros. La torre del homenaje fue restaurada recientemente, pudiendo observarse en ella la interesante sillería de sus esquinas o la ventana gótica abierta en uno de sus paramentos. Además, resisten en pie dos cubos y varios tambores de la muralla circundante y se puede ver también el foso que lo aislaba y defendía.

La Iglesia de Nuestra Señora del Castillo es de origen románico y su singularidad estriba en el alfiz rectangular que enmarca el arco de la puerta, que es un componente habitual en las construcciones árabes, cuya presencia aquí es debida a la ingente población musulmana que residía en Calatañazor. La puerta cuenta con un arco de medio punto de doble arquivolta sobre sendas columnas encapiteladas. 

En el municipio también se puede visitar la Ermita de la Soledad, una iglesia extramuros restaurada pero que cuenta con un ábside intacto y con la puerta que se abre en el lado norte. Sólo cuenta con decoración esta puerta en su arquivolta exterior. Además, hay que mencionar los restos de la Iglesia de San Juan, una pequeña iglesia-ermita de una sola nave, con presbiterio y ábside, de la que solo no quedan algunos despojos que pueden observarse entre la vegetación. Una aldea legendaria que fue testigo de uno de los episodios más importantes de la Reconquista en pleno corazón de Soria.