El Real Valladolid ha sufrido este domingo en Huesca un nuevo golpe a sus aspiraciones para pelear por el ascenso a Primera División. El gol de los locales en el minuto 81 fue suficiente para quedarse con los tres puntos ante un pucela que volvió a mostrar su peor cara.

En la primer mitad, dentro de un fútbol trabado por un césped que no estaba en las mejores condiciones y un sinfín de imprecisiones en los pases de ambos equipos, el Real Valladolid se fajó bien y mantuvo a raya a un Huesca espeso en ataque, pero que se replegó con orden ante los intentos de construcción vallisoletanos, que morían en falso. Sin apenas aproximaciones a las áreas, el empate a cero se impuso al descanso.

En la reanudación el Huesca presionó más y las pérdidas vallisoletanas se acrecentaron hasta llegar a un punto en el que el encuentro caminaba irremisiblemente hacia el empate sin goles, aunque, por insistencia, el único conjunto que daba la sensación de poder ganar en un golpe de inspiración era el Huesca.

Y ese golpe de inspiración y de fortuna le llegó al Huesca en el minuto 81. Akapo se sacó un trallazo seco desde fuera del área que se fue al palo y que le cayó muerto a David Ferreiro, que fusiló a placer. Con el 1-0, el Pucela se desinfló definitivamente y no tuvo opción alguna de empatar.

Con esta derrota, el Pucela ve como el Huesca le da caza en la tabla (39 puntos) y se queda a cuatro puntos de la zona de playoff. El sábado, a las 18 horas, el líder, el Levante U.D., visita Zorrilla, ya con muy poco margen de error.