Al banquillo por extorsionar a un constructor contratado para cobrar deudas
Las dos personas acusadas de extorsionar en 2013 a un constructor que les había contratado para el cobro de deudas serán juzgados desde este miércoles 8 de marzo en la Audiencia de Valladolid.
También otros cuatro procesados, dos de ellos por receptación de dos vehículos que los primeros lograron 'sacarle' al empresario a cuenta de los honorarios no percibidos y los restantes por falsificar la documentación de los turismos para su posterior reventa.
La rocambolesca relación entre víctima y procesados podría traducirse para estos últimos en penas que suman en su conjunto 21 años de cárcel, las más duras para David G. del C. y Razvan I.G., en concreto seis años para cada uno por delitos de extorsión y detención ilegal, mientras que David E.C. y Cristóbal M.R. podrían ser condenados a tres años por estafa, en concurso medial con dos delitos de falsedad en documento mercantil, y Andrei C. y Juan N.S. a uno y dos años, respectivamente, por receptación, según informaron a Europa Press fuentes jurídicas.
Los hechos, objeto de juicio entre este miércoles y el viernes, se remontan a mayo de 2013 cuando David G. del C. se ofreció al constructor A.J.L.P, al que conocía por haber realizado algunos trabajos para él, para hacerse cargo del cobro de unas deudas por importe cercano a los 400.000 euros, tarea en la que contaría con la colaboración del también acusado Razvan I.G.
A cambio, el empresario debería abonarles 12.000 euros en pagos fraccionados para gastos, otros 6.000 cuando se empezara a percibir parte de esa deuda y, finalmente, un 30 por ciento del importe obtenido de sus deudores, planteamiento aceptado por el constructor vallisoletano.
Sin embargo, siempre según la tesis del fiscal, los 'cobradores' no sólo no realizaron su cometido sino que comenzaron a extorsionar al constructor exigiéndole más dinero, y ello a pesar de que ya les había abonado cerca de 10.500 euros, hasta el punto incluso de exigirle la entrega de dos vehículos, primero un Mercedes ML 320 y luego un Citroën C3, en concepto de garantía de los honorarios no percibidos y que día tras día iban incrementando.
“Vas a acabar en el fondo del río”
En su relato de hechos, la acusación pública refiere el constante hostigamiento mantenido por los dos principales acusados sobre la persona del empresario, que realizó algunos pagos más por miedo a su integridad física y de su familia y ante amenazas del tipo "vas a acabar en el maletero de un coche o en el fondo de un río". "Estoy viendo cómo tu novia deja a tus hijas en casa de tu madre. Estás controlado, te estamos siguiendo", sería otro de los presuntos mensajes recibidos.
La situación derivó incluso el 6 de septiembre de 2013 en un episodio de retención ilegal que la víctima habría sufrido al ser invitada por David G. y Razvan ('Tino) a subir a un turismo del que no le permitieron salir mientras circulaban por la ciudad y en cuyo periplo le conminaron a entregarles el reloj, sin dejar de amenazarle y de pedirle más dinero mientras iba acompañado por otro individuo desconocido que tenía la orden de no hacerle nada hasta que los dos primeros se lo indicaran.
El temor cada vez más creciente por su integridad y la de sus familiares llevaron finalmente al constructor a denunciar los hechos en octubre de 2013 ante la policía.
Respecto de los otros acusados, el fiscal mantiene que David G. del C. y Razvan se pusieron en contacto con Andrei C. para ofrecer a Juan N.S, este último domiciliado en Murcia, la adquisición del Mercedes y el Citroën obtenidos del empresario bajo amenazas y por los que el imputado murciano abonó un precio en metálico de 10.000 euros. A estos dos procesados se les imputa un delito de receptación.
El Mercedes fue posteriormente vendido a David E.C, que lo revendió a Cristóbal M.R, dedicado a la venta de vehículos de segunda mano, operación en la que habrían incurrido ambos en delitos de estafa y falsedad en documento mercantil por haber confeccionado documentos que aparentaban que la venta la había llevado a cabo su legítimo propietario.