Raquel Sánchez: “Los jóvenes necesitan esperanza en el futuro”
¿Desde cuándo está implicado en política?
Siempre he tenido un gran interés y cercanía con la política. Cuando cumplí 18 años me afilié al PSOE. La primera vez que me presenté fue en 2015 en las elecciones municipales en el Ayuntamiento de Olivares.
¿Por qué ha querido dedicarse a la política y, en concreto, a la política municipal?
Alguien se tenía que animar, era un pueblo con el que siempre he tenido relación familiar y me animé a dar el paso.
¿Qué le dijeron en su entorno cuando dijo que quería ser alcaldesa?
Toda la vida me han visto implicada en política, siempre me ha gustado así que a nadie le sorprendió. Siempre me ha gustado ayudar, luchar contra las injusticias.
¿Se ha encontrado alguna dificultad especial en el desempeño de sus funciones por ser más joven?
Si que me ha costado un poco ganarme el respeto al principio, por joven y mujer. Pero el respeto ha llegado y la gente se ha dado cuenta que soy la alcaldesa y se ha cambiado ese trato.
Y en su partido político (PSOE), ¿le ha costado ganarse el respeto?
En el partido todo muy positivo, en la política falta gente joven y siempre me he sentido muy arropada. En el Partido Socialista dan la oportunidad de demostrar que los jóvenes queremos trabajar para cambiar la sociedad a mejor.
¿Qué cree que hace falta para que más jóvenes se impliquen en el medio rural, para buscar soluciones a la despoblación?
Los jóvenes necesitan esperanza en el futuro. Que se les de lo que se les prometió, un trabajo con un sueldo digno y la oportunidad de tener una estabilidad laboral para con ella conseguir el desarrollo personal. Actualmente hasta se nos niega la oportunidad de tener hijos porque apenas podemos sustentarnos solos. En el medio rural es aún más complejo ser joven, faltan comunicaciones, medios de transporte y oportunidades profesionales. Es triste que por falta de oportunidades haya jóvenes que tiren la toalla. La actitud de los jóvenes debe ser de lucha, rebeldía y trabajo duro para lograr los derechos que nos arrebataron y por los que pelearon nuestros padres y abuelos. Se lo debemos. Que ningún joven del medio rural o urbano pierda la esperanza en el cambio, porque está sin duda en nuestras manos.