ascedis medina del campo discapacidad asociacion 6

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Valladolid

El ocio como vehículo de integración para las personas con discapacidad

19 diciembre, 2017 01:05

La integración social de las personas con discapacidad intelectual es uno de los pilares que motivó el nacimiento de Ascedis, una asociación creada en 1986 por un grupo de familias que querían que sus hijos o hermanos tuvieran un mayor apoyo para su desarrollo personal y su calidad de vida.

Durante tres décadas han recorrido un camino complejo, pero siempre con la meta de la integración cada vez más cerca. Al tiempo que la sociedad evolucionaba, los chicos y chicas de Ascedis cada vez tenían una mayor presencia en la vida de Medina del Campo.

Uno de los fundadores, Juanjo García, recuerda que “los primeros años fueron lentos, bastante limitados, hemos ido creciendo con la experiencia y centrando el trabajo primero en las familias, en un apoyo que necesitamos, pero siempre con gran atención a las necesidades de los chicos”.

El gran impulso para esta integración llegó de la mano del centro de ocio, una iniciativa creada en 2001 y que supuso el salto cualitativo para la Asociación. Así lo refleja Almudena Pérez, que junto a Yolanda Paniagua son las dos trabajadoras de Ascedis. “Además de las actividades con los padres, las charlas, el trabajo a nivel de vivienda o de integración laboral; desarrollamos un proyecto de ocio, una serie de talleres y de actividades para que los usuarios de Ascedis ganaran autonomía y también dieran un paso definitivo en su integración en la vida social y cultural de Medina”.

“Ahora estamos muy integrados, a los chicos de Ascedis se les conoce en todas partes en Medina, pero detrás de eso hay mucho trabajo, ha sido una labor lenta, de día a día”, apunta satisfecho García.

Desfilan en la Semana Renacentista, han formado parte del jurado de la Semana de Cine, tienen un papel siempre activo en el carnaval además de impulsar sus propias iniciativas como festivales o la elaboración de un calendario para divulgar el trabajo de la asociación. La presencia de Ascedis no ha parado de crecer en los últimos años y este viernes 22 darán un paso más, siendo los encargados de realizar el pregón de la navidad en Medina del Campo.

Almudena Pérez recuerda que “al principio tenían muchas reticencias a relacionarse, al contacto con la gente; también ha habido muchos cambios, porque al principio se sentían incapaces de hacer muchas cosas y hemos ido abriendo ese camino. Esa labor de participar en todas las actividades ha dado visibilidad a la gente de Ascedis y ha hecho que la gente de Medina les conozca y también que ellos se sientan más a gusto”.

Para esa integración es necesario también seguir derribando cada día la barrera que genera los prejuicios. “Todo es por el desconocimiento, ahí es donde se asienta el prejuicio, que es la base de los miedos. Ahora Medina es un ejemplo a nivel de integración de la discapacidad, hemos pasado del ‘no podemos’ o ‘no vamos a ser capaces’, al ‘vamos a participar en esto o en aquello’ y casi no damos abasto”, añade Pérez, orgullosa del trabajo desempeñado y consciente del largo trecho que aún falta por recorrer.

El centro de ocio va más allá de actividades en el exterior, numerosos talleres durante todo el año ocupan tres tardes a la semana, “hemos hecho periódicos, cine, cocina, informática, fotografía… y un día a la semana hay actividades deportivas”. Pero sin duda la mayor muestra de que el camino es el correcto y el trabajo da sus frutos, “es que ahora hay muchos usuarios de Ascedis que ya hacen su vida privada de ocio por su cuenta, quedan, salen, van a tomar algo… Se dan cuenta de que pueden ser más autosuficientes”, explica Almudena.

Juanjo García reconoce que Medina del Campo es un contexto favorable, “aquí nos conocemos todos y cuando ya hay ese primer contacto, después ya es más fácil. También las familias se han abierto más porque al principio había dudas, un exceso de protección porque no quieres que nadie haga daño a tu hijo y le trate mal”.

Financiación

Ascedis es una asociación familiar, con una treintena de usuarios y una estructura laboral limitada por la necesidad de una mayor financiación. “Las familias pagan una cuota para ser de la asociación y después los talleres también tienen un precio mínimo para poder participar”, comenta García.

La crisis ha mermado las subvenciones institucionales tanto de la administración local como, especialmente, de la autonómica, que es quien tiene las competencias de servicios sociales. También las aportaciones empresariales se han reducido sustancialmente para colaborar con Ascedis. “No podemos pedir a las familias que hagan más gasto del que ya hacen, por eso a veces hacemos festivales, o vendemos lotería para conseguir los recursos que necesitamos, pero la realidad es que el futuro es desalentador si no conseguimos más financiación”, reconoce Juanjo García.

Las residencias, los pisos tutelados, la formación laboral cuentan con un mayor apoyo económico tanto a nivel de asociaciones como en los propios centros de las diferentes administraciones, pero el ocio no. “Las actividades lúdicas no tienen esa consideración, no están al mismo nivel de importancia y, sin embargo, son fundamentales, ha sido el pilar determinante para lograr la integración, así es como lo hemos hecho en Medina”, recalca Almudena Pérez.

Futuro

Aquellos niños y niñas de mediados de los 80 que llevaron a sus familias a fundar esta asociación han ido creciendo, al igual que sus familiares. Ahora los retos de futuro pasan para muchos de ellos por poder un paso más en su autonomía con los pisos tutelados, “pero en Medina tenemos más de 20.000 habitantes y no tenemos ninguno, es inconcebible que aquí no haya y vayan a construir uno en Nava por ejemplo”, señala García.

Deme Beltrán y Charo González, dos familiares que forman parte de Ascedis, también consideran que se debería hacer una apuesta más importante por los pisos tutelados, “porque hay muchos que pueden vivir en pisos tutelados, hay diferencia en cada caso, pero para los que sí pueden, tener ese nivel de autonomía es una ayuda a su desarrollo muy importante”.

Juanjo, que tiene dos hijos con discapacidad intelectual, considera que se debería de fomentar el desarrollo de proyectos que tuvieran la vista puesta en el futuro. “Va a llegar un momento en el que la edad hará que el discapacitado voy a ser yo, no podré estar con mis hijos y me llevarán a una residencia y a ellos a otra, y sería muy bonito que pudiéramos estar en casas contiguas por ejemplo, que ellos mismos pudieran aprender a hacer algunas cosas que si son capaces de realizar, como las labores de limpieza, de ser pinches de cocina, de ofrecer una asistencia en esos cuidados, que sean autosuficientes y puedan tener ahí también una salida laboral después”.