El VRAC sale vivo y victorioso del barro de Urbieta
El VRAC se libró de males mayores en Urbieta. Y es que cerca estuvo de ceder su primera derrota de la temporada. El barro fue el único protagonista de un duelo en el que el Quesos cumplió con creces durante el primer acto y sufrió en exceso durante el segundo. Cierto es que cada mitad fue para el equipo que atacaba en el lado donde el estado del césped favorecía, aunque mínimamente, a la práctica del rugby. Al comienzo del encuentro ganar con bonus era onírico visto el percal, pero dos ensayos lo hacían viable al intermedio. Sin embargo, el VRAC terminó pidiendo la hora y celebrando que se había salvado la papeleta. Era un día para salir vivos y como líderes de Urbieta. Ya habrá días para más exigencias.
El comienzo del encuentro obligó al Quesos a adaptarse sin mucha dilación a las condiciones que le acompañarían durante los próximos 80 minutos. El equipo pasó de la nieve y la copiosa nevada que cayó durante el partido de la semana anterior frente al Hernani a la intensa lluvia que prácticamente no cesó durante ningún momento del duelo frente al Gernika. El rival, mucho más acostumbrado a la situación, sabía por donde moverse y cómo moverse.
Al VRAC le costó, pero la consigna de apretar arriba buscando complicar la salida del oval al Gernika y buscar el empuje de los últimos metros fue efectivo. El primer ensayo vallisoletano llegó por medio de Jose Basso en el minuto 20. Hasta entonces, resbalones, caídas, pérdidas y un juego escurridizo por las circunstancias, que impedían incluso diferenciar a ambos equipos. Los locales respondieron con un castigo pasado por Olaeta pero, con la misma fórmula que en el primero, presión e insistencia hasta posar, Gavidi puso el 3-14 al descanso.
El asueto enfrió al Quesos, que no volvería a sumar ningún punto hasta el final del partido. Los de Merino se atascaron y apenas pisaron veintidós contraria. Tampoco las rotaciones, que dejaron el debut del argentino Sacha Casañas, surtieron el efecto deseado. Llegó un momento que el equipo supo apreciar los cuatro puntos que terminaría sumando y decidió priorizar la defensa al riesgo de marchar casi de vacío de Urbieta. Gernika ensayó por medio de Palisa, el VRAC respiró aliviado al no colarse entre palos la transformación, y resistió 35 minutos de reloj hasta que Alhambra Nievas señaló el final de un partido que deja una conclusión positiva: ya pasó.