El proyecto que maneja el Ministerio de Fomento para ampliar la A-62 prevé el soterramiento de la travesía por Simancas, mediante dos falsos túneles en un recorrido total de aproximadamente 500 metros. Sin embargo en el medio deja una abertura de aproximadamente 100 metros, que queda situada en el centro de la zona urbana, entre el casco histórico y la urbanización El Silo. Esa abertura funcionará como una chimenea que emitirá la contaminación del tráfico interior del túnel, que es elevada dada la intensidad media diaria de circulación. De esta manera, según la dirección que tenga el viento cada día, unos u otros vecinos serán los más afectados, según un estudio realizado por la plataforma vecinal, que concluye que los principales perjudicados serán los vecinos de la urbanización El Silo, seguidos de los habitantes del casco histórico de Simancas.

La plataforma de vecinos considera que no existe ningún obstáculo técnico para cerrar completamente el soterramiento y evitar tal situación. La legislación europea y la española establecen límites a la contaminación atmosférica que deben ser respetados. En ese sentido la plataforma vecinal cree que la Junta de Castilla y León debería haber instalado ya una estación de medición en la travesía de Simancas en aplicación de un Decreto de 2011. En 2017 la Comisión Europea dirigió a España una advertencia por el incumplimiento constante de los límites de contaminación atmosférica procedentes del tráfico rodado, recordando que ese incumplimiento supone un riesgo sanitario grave. La plataforma vecinal considera que esos incumplimientos deben evitarse planificando la solución cuando se elaboran los proyectos de obras y por ello cree que la abertura prevista en el proyecto para la A62 debería cubrirse.