Castilla y León

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Valladolid

El calor de las llamas arropa al Vítor de Mayorga

28 septiembre, 2018 23:18

Un año más en la noche mágica y ardiente de Mayorga ha llegado El Vítor el 27 de septiembre. Una espectacular y peculiar cita que es imprescindible en el corazón de todos los mayorganos. Llega la noche tan esperada, los vecinos se visten con ropas viejas, monos, sombreros de paja y se cubren las manos con guantes, ya que la tradición así lo requiere.

A las 22:00 horas la primera hoguera ya estaba preparada para que se quemaran los pellejos y comenzar la procesión que honra al tan querido y reclamado Vítor. Los protagonistas del recorrido se concentran alrededor del fuego y entre nervios e ilusión se van prendiendo los primeros pellejos que dan luz al municipio.

La tradición de esta Fiesta se remonta hace trescientos años. Allá por el 27 de septiembre de 1752, los mayorganos recibieron la segunda reliquia del santo de este municipio, Toribio Alfonso de Mogrovejo y Robledo, acompañados de antorchas para iluminar el camino.

La procesión arranca de la Ermita de Santo Toribio y cientos de mayorganos salen a sus calles se van cubriendo de la pez que desprenden los pellejos. Consiste en un toque característico de la noche del Vítor, un producto negro y viscoso se apodera de los vecinos mientras ellos gritan “Viva El Vítor, “Viva Santo Toribio” y “Viva Mayorga”.

Al final de la procesión llega el famoso Vítor, que se trata de un reconocimiento que recibió Toribio Alfonso de Mogrovejo como doctorado de la Universidad de Salamanca. El Vítor es un anagrama que combina las letras V, I, T, O y R dispuestas a criterio del pintor (V, T, R en el caso del Vítor de Mayorga) y que se ha convertido en un estandarte que sale cada 27 de septiembre.

Este año el Vítor llevaba un símbolo especial, un lazo negro, por el luto de una vecina de Mayorga que se entregaba cada año para vestir al Vítor y que cada 27 de septiembre estuviera más deslumbrante. Escolástica García Fierro falleció este año y como gesto de agradecimiento a toda su labor por la tradición de la localidad le han querido recordar en  este pequeño gesto. Su sobrino Francisco Ángel García Quirós porta el estandarte del Vítor y cuenta que “es un orgullo para mí ya que se ha pasado de generación en generación en mi familia”.

Después del recorrido de la procesión por la calle Derecha en dirección a la plaza España, el resto de vecinos de Mayorga y visitantes esperan al Vítor y a sus acompañantes en la plaza para endulzar la noche con sus tradicionales cánticos y homenajearle con su himno.

Desde el balcón del Ayuntamiento, el Vítor corona la plaza mientras los mayorganos entre el calor de las llamas dan una vuelta a la plaza gritando su nombre. Posteriormente, los fuegos artificiales se encargan de amenizar esta noche muy sentida en este municipio de Tierra de Campos. Al finalizar los fuegos, suena el himno con las voces de un pueblo entero y se enciende una imagen de su patrón Santo Toribio.

 

La procesión continúa. Vuelven a encender sus pellejos en las hogueras y salen por la calle Cuatro Cantones y una vez en la calle Derecha, se continua hasta el final de esta para girar a la izquierda en la Calle del Rollo. Alrededor de las 4:00 horas llega el broche de oro en el último tramo de la Calle Santo. En este momento se acabarán de quemar los pellejos que queden encendidos para pasar después a la ermita donde termina esta particular procesión cívica en la que se canta una salve a la Virgen y el himno a Santo Toribio. Los participantes en la procesión se quitan los sombreros por respeto a su patrón y al Vítor con su entrada a la ermita.

Aunque el Vítor ya esté en su casa, los mayorganos se van a desayunar sopas de ajo, orujo y chocolate. Muchas casas del pueblo se encargan de repartir los alimentos y bebidas para que El Vítor no deje de ser especial y recomendado por cualquier persona que tenga la afortunada oportunidad de vivirlo.