La esencia de la Navidad revive su esplendor en Fresno
Todo comienza como un cuento que un abuelo va narrando a su nieta, curiosa ante el devenir de una de las historias más contadas. La plaza España de Fresno el Viejo se prepara para la ocasión; puestos de artesanos, fruteros y comerciantes, los pastores junto al fuego... no falta nadie en un Belén que cobra vida y movimiento al ritmo de la rutina más costumbrista.
Por undécimo año la localidad ha vuelto a recrear su Belén viviente, uno de los más consolidados de la provincia y que continúa creciendo, con más de un centenar de personas implicadas en la representación. Cada uno cumple minuciosamente su papel, los escribanos registrando los empadronamientos ordenados por Herodes, María y José angustiados en busca de posada y los Reyes Magos en su largo peregrinar.
La escenificación de los oficios es minuciosa, convirtiendo el patio en una plaza en la que contemplar en los soportales cada estancia, el herrero, las panaderas, los corrales, agricultores y pastores. Un Belén en toda regla y de talla natural que culminan los dos espacios más solicitados para las fotos, los tronos de los Reyes Magos y el epicentro de la historia, el portal.
Después de que todos los participantes cumplan con la visita al recién nacido y lleven sus regalos, el montaje lo redondea el último trecho recorrido por los Reyes Magos siguiendo, literalmente, una estrella en movimiento hasta el humilde pesebre.
El Belén viviente es una de las representaciones populares que durante el año escenifican los vecinos de Fresno el Viejo, como la Donación de la villa por parte de doña Urraca o el Via Crucis. "Lo más importante para mantener estas iniciativas es la participación de los vecinos", explica a NoticiasCyL el alcalde, Luis Miguel Muñumer, especialmente activo en la promoción y desarrollo de la actividad teatral del municipio.