El Bar Gail aumenta su colección taurina
En nuestro anterior reportaje les dábamos a conocer la nueva decoración taurina del veterano y céntrico bar “Gail” (Doctrinos-María de Molina) con una colección importante cedida por Justo Berrocal (Presidente de la Federación Taurina de Valladolid), al margen de lo que Jóse Gail ha ido incorporando.
Y días pasados -gracias a la publicación del citado reportaje en NCYL- la colección del pequeño museo taurino se ha incrementado. La noticia llegó a Santander cayendo en manos de Constantino Álvarez, presidente del consejo de administración de la plaza de toros de la ciudad cántabra, llamada también “Coso de Cuatro Caminos”, de titularidad municipal.
Y el bueno y excelente aficionado de Constantino se trajo a Pucela una colección de cuatro ejemplares (agotada actualmente), que cuentan la historia del coso santanderino, editada cuando el coso cumplió los 100 años (se inauguró en julio de 1890).
Álvarez lleva al frente de la gestión pública de la plaza de toros desde 1995, cuando salió elegido concejal electo del consistorio santanderino en las filas del Partido Popular. Y este año será el último. Toca retirada tras más de casi cinco lustros de gestión habiendo llevado al “Coso de Cuatro Caminos” a las cotas más importantes de sus casi 130 años de vida.
Y en el bar Gail quedamos con él quién, en unión de sus grandes amigos vallisoletanos, Javier León de la Riva y Manuel Sánchez, le hicieron entrega de la citada colección a Jóse Gail que, emocionado, no se creía lo que estaba ocurriendo.
Y otro detalle tan taurino como la cabeza de un impresionante toro cuelga en las paredes del “Gail” desde hace menos de una semana. Fue Jorge Manrique quien hizo las gestiones para que José Luis Martín Moro, excelente profesional de la taxidermia de Ciudad Rodrigo, consiguiera la cabeza para transformarla en un gran trabajo de disecación.
La soberbia cabeza pertenece a un toro de Sobral, lidiado en Medina del Campo el 6 de septiembre de 2015. Fue estoqueado por Eugenio de Mora al que le cortó las dos orejas y otra más al primero de su lote. Le acompañaron esa tarde Fernando Robleño (oreja y oreja) y Pedro Gutiérrez “El Capea”, (oreja y oreja).
Así pues el “Gail” tiene ya su historia taurina, tanto en la colección de objetos de Berrocal, la bibliográfica de Álvarez y la cabeza de toro que luce arrogante con ese cromatismo sardo, propio de los encastes de Cebada Gago, Torrestrella y Marqués de Domecq.
Enhorabuena a Jóse Gail por la decisión tan taurina que ha tomado. Desde los bares como el “Gail” también se fomenta la Tauromaquia.
FOTOS: NATALIA CALVO