La Ciudad Imaginada 2018 continúa con su desarrollo. Tras la presentación el miércoles del punto en que se encuentran los cincos proyectos en que se trabajaron durante varias sesiones creativas, la iniciativa mira al futuro.

En el acto estuvo Marcos García, director de Medialab Prado, centro madrileño de referencia en la promoción de la participación ciudadana, que colabora con la cita vallisoletana. La intervención de García se orienta a la proyección nacional e internacional de los proyectos que han formado parte de La Ciudad Imaginada en sus dos ediciones, celebradas en 2017 y 2018.

La meta es «compartir aprendizaje, generar una red de colaboración en la que gente de todo el mundo pueda aportar sus conocimientos y experiencia a los proyectos y se repliquen en un futuro en otras ciudades». Al tratarse de una metodología relativamente reciente, resulta interesante probarla en diferentes ciudades y países para estimular la participación ciudadana y la producción colaborativa.

Los laboratorios ciudadanos promovidos por Medialab Prado se ha llevado a cabo ya en cuatro barrios de Madrid, a través del programa Experimenta Distrito: Villaverde, Fuencarral, Moratalaz y Retiro. El quinto, en Puente de Vallecas, está activo en la actualidad. Tras la experiencia en Valladolid y también en Burgos, el próximo objetivo es Málaga. A nivel internacional, Berlín ha sido la primera capital europea a la que se ha extendido esta iniciativa, que también ha cruzado el charco amparada por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo, AECID.

México, Argentina y Colombia se han sumado ya a esta red de laboratorios ciudadanos. Este último es un claro ejemplo del potencial de la expansión internacional: en Medialab Prado surgió un proyecto, Autofabricantes, para la fabricación de prótesis con una impresora 3D, que ha llegado hasta el municipio de Pasto, a través del Centro de Innovación Social de Nariño, donde se ha replicado como reacción a una problemática que afecta a Colombia, segundo país del mundo con más víctimas por artefactos explosivos.

Cinco proyectos con voluntad de expansión

El laboratorio ciudadano de La Ciudad Imaginada reunió en 2018 a un centenar de vecinos y vecinas de Valladolid, que participaron, por grupos, en varias sesiones de creativas de trabajo colaborativo en torno a cinco proyectos seleccionados en convocatoria pública. Cada uno de los grupos de trabajo estuvo integrado por el promotor de la idea, varios colaboradores y un equipo de facilitadores y mentores, que ofrecieron asesoramiento conceptual y técnico. El propósito es que los proyectos puedan ponerse en marcha en Valladolid en el futuro y contribuir a mejorar la vida en común en la ciudad.

Uno de los proyectos es El semáforo el ruido, que propone la creación de un dispositivo que señale cuándo se están superando los decibelios permitidos, para luchar contra la contaminación acústica. En la actualidad, se trabaja en las mejoras técnicas de la carcasa: tras un primer prototipo realizado con un estuche de madera, se están realizando ahora pruebas con otros materiales, como cartón pluma o plástico reciclado. Además, se ha diseñado una plantilla para facilitar la creación de semáforos del ruido por parte de la ciudadanía, para uso individual o colectivo, y se está preparando un tutorial que explique cómo programar el semáforo con ARDUINO, microprocesador de bajo coste y manejo sencillo.

Próximamente se instalarán semáforos en tres centros educativos de la capital vallisoletana y se trabaja también en uno de mayor tamaño para su ubicación en algún espacio abierto indicado por el Ayuntamiento de Valladolid. Para los semáforos de exterior, se plantea una alimentación a partir de placas solares, mientras que los de menor tamaño funcionan con pilas.

Para continuar con la labor de concienciación sobre la necesidad de reducir el ruido en nuestras ciudades, se plantean acciones como manifestaciones silenciosas, campañas publicitarias en mobiliario urbano o la creación de itinerarios de silencio, entre otras. Asimismo, desde el Área de Medioambiente y Sostenibilidad del Ayuntamiento de Valladolid se ha invitado al grupo de trabajo a presentar el semáforo en la reunión de la Agenda Local 21 que tendrá lugar a finales de este mes de marzo.

Pon alas a tu sonrisa se centra en emplear papel y/o materiales reciclados para la construcción, con papiroflexia, de comederos y bebederos para gorriones, que permitan aumentar su población y, además, se utilicen con fines artísticos o informativos. Las primeras acciones desarrolladas por el grupo de trabajo de este proyecto se centran en el ámbito educativo, con talleres como el realizado el pasado mes de febrero con alumnos de Educación Primaria del Colegio Nuestra Señora de Lourdes, centrado en explicar la importancia de mantener la biodiversidad y una correcta conservación del ecosistema urbano, así como las causas de la desaparición de los gorriones y páridos y medidas para frenarla y contribuir a su recuperación. En el marco del Día de la Paz, además, se abrió la difusión del proyecto al ámbito vecinal junto a la asociación del Barrio Belén, con la fabricación y colocación de numerosos comederos y bebederos.

De cara a la celebración el próximo día 20 de Día Internacional del Gorrión, se plantea la suelta masiva de comederos en colaboración con centros educativos de Valladolid y también en Madrid. También se han colocado varios comederos en el paseo de la Guardería, tras la Casa de la India, donde se realiza una reposición semanal de alimentos. Como en el caso de El semáforo del ruido, los miembros de este grupo de trabajo han sido invitados a participar también en la próxima reunión de la Agenda Local 21.

Pajarillos Educa es una plataforma que aglutina las 12 comunidades educativas del barrio vallisoletano de Pajarillos. La iniciativa persigue sumar esfuerzos para intentar canalizar los problemas del barrio vallisoletano mediante un plan de acción que favorezca el éxito académico y social de los jóvenes y potencie la participación vecinal para mejorar la convivencia y las condiciones de vida del barrio. Uno de los grandes objetivos de Pajarillos Educa es la recuperación del antiguo aulario del CP Cristóbal Colón como centro educativo-social (Espacio LATE: Laboratorios de Arte y Transformación Educativa), que se inaugurará, previsiblemente, en octubre. Además, se trabaja ya en formación del profesorado en cuestiones desarrollo sostenible y en el diseño de un mapa de la felicidad del barrio: detectar espacios de encuentro intergeneracionales para su acondicionamiento (se han realizado, por el momento, 380 de las 3.000 encuestas previstas). Pajarillos Educa lleva a cabo también acciones de sensibilización ambiental: por el momento, se ha comenzado con la reforestación de un sabinar en la laguna de Benafarces.

Entre las próximas actuaciones que se llevarán a cabo desde la plataforma educativa, se incluyen dos para el mes de mayo: CulturÁfrica y ExpoAves. La primera promueve la igualdad de oportunidades y condiciones entre los alumnos extranjeros y españoles de los diferentes centros (en Pajarillos conviven 40 nacionalidades), en este caso, a partir de un acercamiento a la cultura africana. La segunda, propone una aproximación a las aves que conforman el callejero del barrio, a fin de plantear soluciones para evitar la degradación del territorio castellanoleonés y defender su biodiversidad. Además, este mes de marzo arranca Pajarillos Cinema: plató en el barrio, que invita a estudiantes de Pajarillos a contar historias locales con un acento universal a través de la pantalla. Escribirán sus guiones, de los que se seleccionarán cinco, que serán grabados y postproducidos por alumnos de Imagen y Sonido del IES Vega del Prado. Se unirán en un único largo que se proyectará en el marco de la 64 edición de la Semana Internacional de Cine de Valladolid, Seminci.

Otro de los proyectos propone la recuperación de los quioscos vacíos de Valladolid para darles nuevos usos y que sus entornos cobren vida. Por el momento, se ha avanzado en la realización de un inventario de quioscos que actualmente se encuentran vacíos, tanto de titularidad pública como privada, estableciendo una clasificación por tamaño y materiales. El objetivo es crear entre ellos una red urbana sostenible económica y energéticamente y promover la dinamización de los quioscos y su entorno a partir de actividades lúdicas, culturales y sociales. El primer paso será la puesta en marcha de un grupo de trabajo del que formen parte también a técnicos del Ayuntamiento.

La última de las propuestas es el Proyecto Ferroviario Histórico DTCG (Depósito Taller Campo Grande), que apuesta por la preservación de los espacios ferroviarios patrimoniales e históricos del entorno de la estación de Campo Grande para dar continuidad a su función. Esta iniciativa surge de la alianza entre Ferrocarriles del Duero y la Asociación Vallisoletana de Amigos del Ferrocarril, ASVAFER, que ha dado ya sus primeros frutos: el pasado mes de enero se aprobó en el pleno municipal una moción institucional para solicitar a ADIF la titularidad del depósito de locomotoras, así como la incoación del expediente para que sea catalogado como Bien de Interés Cultural, BIC. Esta última medida facilitaría el avance en las tareas de restauración del depósito a través del programa de financiación de conversación del patrimonio del Ministerio del Fomento (conocido como 1,5% cultural).