El Real Valladolid sufrió un cruel desenlace en Butarque. Después de realizar una meritoria primera ocasión donde los pucelanos merecieron el gol, y tras aguantar 45 minutos de dominio rival pero sin conceder ocasiones claras, fue en la última jugada, superado el tiempo de descuento, cuando de cabeza los pepineros lograron una victoria que deja un sabor muy amargo.
Los primeros minutos de encuentro depararon un fútbol de tanteo, de imprecisión, con dos equipos sin encontrar la forma de hacer peligro al rival. Mucho pase horizontal y nada de peligro en ningún área mientras pasaba el tiempo en Butarque, con mucho en juego como para arriesgar desde tan pronto. Plano fue el primero en avisar en el 17’ con un disparo desde lejos que se fue arriba, mismo destino de un remate de cabeza del Leganés dos minutos después.
Pero según pasaba el tiempo la beligerancia aumentó. En el 26’ Sergi Guardiola tuvo en sus botas el 0-1 después de un mal despeje de la defensa pepinera que interceptó Nacho de cabeza para enviar a Waldo, quien centró al área en búsqueda del delantero. Pero el balón fue desviado ligeramente por un defensor y no llegó en condiciones óptimas para el remate. De nuevo el 12 pudo anotar en el 31 con un disparo desde la frontal del área, alto.
La respuesta local llegó con un chut de Bustinza y sobre todo con un remate de cabeza claro de Santos, desde el punto de penalti, que se fue por el lateral en el minuto 34. De nuevo el gol pasó por la cabeza del propio Santos, pero adoleció de precisión el pepinero. Hasta el descanso, el Pucela compró boletos para el premio pero ni Waldo desde la media luna, ni Guardiola también desde fuera del área, ni Míchel con una falta lateral envenenada, tuvieron fortuna.
La condena, en el 96
Si en la primera parte fue el Real Valladolid quien tuvo las más claras, en la segunda el Leganés asumió el control del encuentro y prácticamente se jugó el campo pucelano todo el tiempo. La solidez defensiva de los blanquivioletas, con el entremado de tres centrales, lograba achicar con acierto el peligro generado por los pepineros, de menos a más. Santos en el 69’ dispuso de un tiro desde dentro del área que, gracias a que Calero encimó, fue a las manos de Masip. Juanfran en el 75 de volea lo probó también en el área, pero muy forzado la mandó arriba.
En los diez últimos minutos la presencia ofensiva del Leganés se intensificó. Carrillo amenazó de cabeza con un remate desde el borde de la pequeña que salió desviado, y segundos después Merino la pegó mordida cerca de portería. Los cinco de añadido permitieron a los locales apretar aún más hasta que, ya con el tiempo cumplido, el mismo Carrillo conectó con un centro lateral para con un certero testarazo destacar la locura en Butarque y privar al Real Valladolid del punto que tanto había luchado.
El domingo hay oportunidad de sanar de esta derrota. El Pucela, con el aliento de Zorrilla de su lado, recibe al Sevilla a las 16,15 horas. Será la jornada 31, a la que se entra con 30 puntos, uno por encima del descenso a falta de ocho encuentros por disputar.