El ilustrador Emilio Urberuaga ha culminado su presencia en la Feria del Libro de Valladolid con una conferencia especialmente dirigida a alumnos de escuelas de arte y de diseño de la ciudad en torno al oficio de ilustrador, una profesión que a su juicio tiene un alto componente vocacional. "Nadie te pone una pistola en el pecho para dedicarte a esto. Yo no podría dejar de hacer lo que hago aunque me encargasen menos trabajo", ha señalado, al tiempo que ha advertido de que esto supone algunos riesgos.
"No entiendo que haya gente que diga ‘quiero ser ilustrador' como el que dice que quiere ser empleado de banca, con todos los respetos para ellos que yo lo he sido. Esta profesión es muy exigente y hay que hacerlo porque te gusta, que muchas veces se olvida", ha añadido.
Urberuaga, Premio Nacional de Ilustración y creador de personajes tan conocidos como 'Manolito Gafotas' basado en la obra de Elvira Lindo, ha advertido también del riesgo de los abusos, sobre todo en los inicios profesionales, con editores que en lugar de pagar por los dibujos prometen publicar el libro.
"Existe cierto chantaje y muchas veces puede la vanidad de ver tu nombre impreso en sobre un papel", ha dicho al tiempo que ha añadido: "Cuando empiezas tienes las tragaderas más anchas y según va pasando el tiempo, das más importancia a tu profesión y te la crees, desde punto de vista honesto no vanidoso, colocas las cosas en su sitio", ha expuesto
En su intervención en el encuentro de la 52 Feria del Libro de Valladolid sobre el oficio del ilustrador ha analizado el proceso de creación de un libro utilizando la metáfora de una vivienda en la que el escritor puede plantear una escena en una de las habitaciones y deja libertad para hablar de otras partes de la casa.
"Si el texto dice una señora con un traje verde caminaba por la calle en una fría mañana de invierno, cada uno nos podemos imaginar una escena. No concreta si llovía o no, podía pasar un coche, y el verde puede tener un tono diferente. Como ilustrador me interesa más lo implícito que lo explícito", ha señalado al tiempo que ha advertido, volviendo a la metáfora de la casa "una cosa es irte a otra habitación y una bien distinta es pasarte tres calles".
Urberuaga ha defendido la libertad de creación del ilustrador pero se ha mostrado contrario al divismo y el condicionamiento del texto. "A mí nadie me dice como tengo que ilustrar pero estoy abierto a sugerencias. Ese divismo de cambiar el texto porque el ilustrador es equis no lo comparto. Tu como ilustrador tienes el texto, o lo tomas o lo dejas", ha concluido.