El miércoles, NoticiasCyL les contaba la historia de Elena González, madrileña de nacimiento aunque vallisoletana de adopción que ha llevado a cabo, desde el año 2011, un total de cinco acogimientos para ayudar a los pequeños, temporalmente, a superar situaciones muy difíciles en la mayoría de los casos.

Ahora hablamos con Raquel Lozano Cabello, psicóloga del Programa de Acogida de Cruz Roja en Valladolid, que nos cuenta todos los entresijos de un programa que lleva a cabo la Junta de Castilla y León pero en la que Cruz Roja desempeña una importante labor.

P.¿Qué labor lleva a cabo Cruz Roja en Valladolid en lo que al acogimiento se refiere?

R. Nosotros nos ocupamos del programa de  acogimiento familiar no preadoptivo. Los menores acogidos son niños/as que están bajo el sistema de protección de la Junta de Castilla y León. Las familias interesadas en el programa de acogimiento familiar, acuden a Cruz Roja, reciben la información y posteriormente realizan un curso de formación, y se valora si son adecuadas o no para realizar acogimientos. Una vez registradas como familia acogedora, se les propone un/a menor/es en acogimiento. Cruz Roja trabaja con acogimientos con familia ajena.

P. ¿Qué es el acogimiento? ¿Cuál sería su definición?

"Acogimiento y adopción son dos programas diferentes"

R. El acogimiento familiar es una medida del sistema de protección a la infancia basado en la solidaridad ciudadana y que permite a las familias ejercer un cuidado alternativo a los niños de manera temporal. El acogimiento familiar temporal permite tener niños en casa y cuidarles. Las familias abren su hogar a estos niños porque se entiende que es el mejor contexto natural para que un pequeño pueda vivir, crecer y desarrollarse.

Hay que tener en cuenta también que la característica principal del acogimiento es la temporalidad. Son niños que han sido separados de sus familias de origen, que por diversas circunstancias no pueden vivir con sus progenitores y que necesitan estar un tiempo con estas familias. El acogimiento abarca hasta que se solucionen las circunstancias que provocaron que esos menores se separaran de sus familias.

Los niños pasan por acogimiento familiar, y después la idea es, siempre que sea posible, intentar la reunificación familiar para volver con su familia de origen. Pero cuando no es posible, se les busca una medida más definitiva y estable. Algunos menores, por tanto, regresan con su familia de origen, otros van adopción, en función del caso.

P. Hay que tener muy en cuenta también que acogimiento y adopción no son lo mismo

R. Acogimiento y adopción son dos programas diferentes. Son dos medidas de protección distintas. Ser familia de acogida no te lleva a la adopción y además el acogimiento es una medida temporal. El niño está en acogimiento y del acogimiento puede volver con sus padres a reunificación o irse en adopción con una familia distinta que está en otro programa con motivación diferente.

La familia que quiere adoptar quiere ser padre o madre y  la que se ofrece para acoger quiere ayudar temporalmente a un niño que no puede vivir con su familia. Esto es muy importante  y conviene que la gente lo conozca para que no haya equivocaciones, puesto que la motivación es distinta en cada caso.

P. ¿Cuál es un poco el perfil de estos menores? ¿Con qué casos os encontráis?

R. Todos los menores tienen algo en común, han sido separados de sus familias de origen y necesitan una familia para poder vivir. Cariño, cuidado para crear vínculos positivos, relaciones estables, etc. También para adquirir disciplinas y valores.

Se trata de niños que están bajo el sistema de protección y las edades pueden ir entre los 0 y los 18 años. El marco legislativo en materia de protección a la infancia y adolescencia prioriza la medida del acogimiento familiar sobre el acogimiento residencial. Especialmente entre la franja de edad que va de los 0 a los 6 años.  Especialmente para los niños de esas edades es prioritario el acogimiento familiar.

P. La colaboración entre Cruz Roja y la Junta de Castilla y León en materia de acogimiento se remonta a 1989.

R. Cruz Roja colabora con la Junta de Castilla y León porque en el año 1989 se firmó un convenio de colaboración entre Cruz Roja española y la Junta, a través de su Gerencia de Servicios Sociales.

Ese convenio permite que Cruz Roja participe en ese programa de acogimiento familiar trabajando con familias ajenas. Lo que hacemos es realizar toda la difusión del programa, la formación de las familias, la valoración de estas y dar apoyo y soporte al acogimiento durante toda su duración.

P. ¿De dónde es la procedencia de los pequeños?

R. Tenemos menores en acogimiento que están protegidos por la Junta de Castilla y León. Suelen ser menores que provienen de la sección de protección a la infancia de Valladolid, pero una familia acogedora de Valladolid puede acoger a pequeños de otras provincias de Castilla y León porque trabajamos también la bolsa regional.

Se trata de menores tutelados por la Gerencia, alguno de ellos pueden haber nacido en otros países pero por sus circunstancias están bajo el sistema de protección de la Junta de Castilla y León y pueden pertenecer a otras etnias o presentar otros rasgos culturales.

P. Habéis puesto en marcha la campaña Familia por derecho

R. Se trata de una campaña del programa que puso en marcha Cruz Roja para dar difusión e informar a las familias. Para despertar su interés por el acogimiento y para que se conozca lo que es. Fundamentalmente para crear cultura de acogimiento.

El objetivo de la campaña pasaba por visibilizar que todos los niños y niñas tienen derecho a vivir con una familia.

P. ¿Qué requisitos deben de tener las familias a la hora de realizar un acogimiento?

"Lo principal es que tengan una motivación adecuada"

R. Lo principal es que tengan una motivación adecuada. Que sean conscientes de la temporalidad del acogimiento. Que demuestren ganas e ilusión por acoger. Que comprendan bien lo que significa la medida del acogimiento familiar que pasa por ayudar a unos niños que por circunstancias no pueden vivir con sus familias de origen.

Se requiere tener una actitud solidaria y querer ayudar. Pedimos que las familias cumplan unos requisitos, que tengan una cierta estabilidad a nivel personal, social,  emocional y económica, así como una adecuada capacidad educativa y relacional.

P. El perfil de estas familias de acogida variará también

R. Sí porque la familia puede tener una configuración distinta en cada caso. Independientemente de su configuración, pueden ser familias monoparentales, solo mujer u hombre, familias biparentales, orientación sexual, con o sin hijos… Lo que tiene que haber de fondo es una motivación adecuada y que la familia quiera acoger.

Tras el curso, se da un proceso de valoración que consiste en unas entrevistas con la familia para conocerla bien. Para ver sus intereses, capacidades, habilidades… En esa valoración se ve si la familia es adecuada o no con el ofrecimiento que hace para acoger a estos menores.

P. ¿Son muchas las familias que tras ese proceso de valoración no pueden acoger?

R. Hay alguna. Se trata de ver la capacidad y la habilidad de la familia para atender a estos niños que están dentro del sistema de protección. No todas las familias tienen esa capacidad para cubrir sus necesidades.

P. ¿Cuál es el futuro del acogimiento?

R. Lo deseable sería que no hubiera niños desprotegidos en estas circunstancias, ni que necesiten la protección de la administración. Mientras que los haya. El acogimiento continuará y vamos a trabajar para despertar en las familias el interés por acoger.

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