Medio centenar de personas se ha concentrado en la Acera de Recoletos de Valladolid en una movilización impulsada por CCOO para que los 3.000 'riders' que operan en Castilla y León dejen de ser "falsos autónomos", con condiciones "precarias" propias de un modelo de "esclavitud" en pleno siglo XXI y vean reconocida su "laboralidad".
"La precariedad laboral no es una categoría profesional, ni un trabajo, sino una mala acción de la empresa", ha expuesto el secretario regional de Servicios del sindicato, Marcos Gutiérrez, quien junto con el secretario de Juventud y Nuevas Realidades del Trabajo de CCOO, Carlos Gutiérrez, han manifestado las condiciones a las que están sometidos los trabajadores "encubiertos" de las dos plataformas que operan en la Comunidad, Glovo y Deliveroo, en las provincias de Burgos, León, Salamanca, Soria y Valladolid.
En este sentido, Marcos Gutiérrez ha insistido en las carencias en materia de salarios, "muchos de ellos no llegan al mínimo", salud laboral, "con accidentes mortales", de conciliación, sin formación ni vacaciones.
Además, el martes el sindicato se reunirá con la Dirección Regional de la Inspección de Trabajo con la que espera se puedan "catalizar" actuaciones para convertir a estos empleados en trabajadores por cuenta ajena.
"Llevaremos su situación laboral a los tribunales en una acción colectiva. Ya hay sentencias favorables y creemos que los jueces nos darán la razón. Cuando se produzcan los fallos judiciales abriremos los convenios para incluir a estos trabajadores en el de hostelería", ha insistido Marcos Gutiérrez.
Por su parte, Carlos Gutiérrez ha hecho hincapié en que "la tecnología debe ayudar a mejorar las condiciones de vida y de trabajo".
Además, ha asegurado que para que un repartidor consiga llegar al Salario Mínimo Interprofesional tiene que gestionar unos 300 pedidos, lo que supone una media de entre 15 y 18 horas de trabajo, "siempre que tenga la máxima puntuación que se establece a través de una app en base a un algoritmo raro".
Por último, ha reclamado "conciencia social" porque este tipo de empresas, vinculada a la economía de plataformas, ha pasado a ser un negocio a costa de "arrebatar los derechos a los trabajadores".