Ocho conventos de Valladolid ponen a la venta entre este viernes y el domingo, 27 de octubre, dulces, pastas, mermeladas y otros productos en la feria Dulces Conventos, en la que como ha subrayado el alcalde de la ciudad, Óscar Puente, se ofrece en el Salón de Pasos de la iglesia de Las Angustias un "repertorio difícil de encontrar en otro sitio".
La feria ha sido inaugurada este viernes por el alcalde antiguo de la Cofradía de Las Angustias, Agustín Pahíno, el obispo auxiliar de Valladolid, Luis Javier Argüello, y el alcalde de la ciudad, Óscar Puente, que ha recordado que esta iniciativa se lleva a cabo sin la colaboración de institución o entidad alguna, sino solo gracias al voluntariado de las monjas y los cofrades.
Durante estos tres días, ofrecerán sus productos los monasterios vallisoletanos de Santa Isabel de Hungría, Santa Clara, San Joaquín y Santa Ana; el del Sagrado Corazón de Jesús de Viana de Cega, el de Santa Clara de Tordesillas, las Clarisas y el Monasterio de Santa María Magdalena de Medina del Campo y el del Sagrado Corazón de Cigales.
Las distintas pastas se elaboran habitualmente en los propios conventos y destacan tanto por la calidad de las materias primas como por su elaboración sin conservantes ni químicos. Por ello, el alcalde de la ciudad ha recalcado que se pone a disposición de los vallisoletanos y visitantes un "repertorio de dulces muy difícil de encontrar en otro sitio que no sean conventos".
Puente ha recalcado que estos lugares son un "refugio" de este tipo de trabajo gastronómico en un tiempo en el que, ha reflexionado, "no hay tiempo para el reposo, para el mimo". Por ello, ha animado a disfrutar del "privilegio" de productos que "solo pueden ofrecer estos conventos".
Por su parte, el obispo auxiliar ha querido dar importancia a estar en un espacio que es "un lugar" que favorece el encuentro "en el espacio y en el tiempo" y no "un no lugar", algo que considera propio de esta época.
Argüello ha recordado que estos dulces son una muestra de la manera en la que el pueblo y "singularmente el católico" de transformar las expresiones de fe en cultura gastronómico, en forma de estos dulces, que en muchas ocasiones se centran en festividades religiosas como los dulces propios del Día de los Santos, o los de Navidad o de Pascua.
Igualmente, el obispo ha incidido en el papel de las Cofradías vallisoletanas, "la vida fraterna, la expresión cultural que surge de la vivencia de la fe en una cultura de belleza patrimonial".
El alcalde antiguo de la hermandad de Las Angustias ha destacado productos como rosquillas de Santa Clara, las mermeladas de las Carmelitas Samaritanas, productos de desayuno, pastas de té, y el avance de productos navideños como los peces de mazapán o algunos turrones que ya ha traído alguno de los conventos.
Pahíno ha recordado que, al ser en muchos de los casos monasterios de clausura, en muchos de los puestos las religiosas no pueden estar para la venta de productos, por lo que se lleva a cabo por parte de voluntarios y cofrades de Las Angustias.