La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) denuncia la sobrecarga de trabajo que está “machacando” a los empleados de la Residencia Asistida de Personas Mayores de Valladolid, conocida como la RASVA, a lo que se suma el retraso en cubrir las bajas laborales, las vacaciones y los permisos, lo que incrementa -a su vez- las bajas laborales, “un círculo vicioso en el que los perjudicados son los trabajadores y los residentes”.
Sobre el papel, los 110 auxiliares de enfermería que trabajan en la RASVA, en su mayoría mujeres, cumple con las ratios de personal establecidos por norma; pero en la práctica, no se cumple por la demora de la Junta en cubrir bajas y vacaciones, lamenta CSIF.
La RASVA atiende a residentes de avanzada edad que necesitan, para su vida cotidiana, la ayuda y asistencia -en diferentes grados- de los auxiliares de enfermería, una plantilla con una media de edad de más de 50 años, que tiene que sufrir retrasos entre 7 y 15 días para cubrir vacantes, tiempo que los empleados tienen que afrontar las tareas con menos personal, más esfuerzo para atender a los mayores, para un personal “castigado” que, en muchos casos, tiene problemas musculoesqueléticos derivados de su actividad y de los años de trabajo.
José Contreras, responsable del sector de Administración General y Organismos Autónomos de la Comunidad de Castilla y León de CSIF en Valladolid, indica que “las vacaciones se cubren, los días de permiso no, y las bajas tardan entre siete y 15 días”. Añade que “ahora mismo, hay 18 auxiliares de enfermería de baja, todos con los mismos problemas musculares y articulares por su trabajo, y ese trabajo se tiene que repartir entre sus compañeros, que acusarán más pronto que tarde la sobrecarga con alguna baja médica. Nunca están las plantillas completas y eso se nota”.
“La ratio de trabajadores, respecto al número de residentes, aprobadas por norma hace más de 20 años y que dicen que se cumplen, están obsoletas y son insuficientes”, recalca Contreras. “El aumento de la esperanza de vida de los residentes provoca un aumento de patologías y del grado de dependencia. Los trabajadores quieren ofrecer un servicio de la máxima calidad a los residentes, y para eso hay que bajar las ratios, que no están pensadas para personas con las necesidades que tienen ahora los residentes”, explica.
La solución inmediata, comenta Contreras, “es tan sencilla como difícil de conseguir, hasta el momento”, aunque CSIF ha pedido, de forma insistente, “crear nuevas bolsas de empleo conforme a la nueva regulación que permitan tener trabajadores disponibles y especializados de forma inmediata”. Ahora mismo, si la bolsa actual está agotada, se recurre al Ecyl, que tarda en el mejor de los casos 7 días para aportar el personal solicitado, pero que suele alargar el plazo de selección hasta los 15, y sin garantía de que la persona seleccionada tenga interés, formación y experiencia en el trabajo que tiene que hacer, atendiendo a personas de avanzada edad con necesidad de asistencia permanente, apunta Contreras.
“Los 288 residentes que tiene actualmente la RASVA, tienen unas necesidades a cubrir que deben atenderse con eficacia y en su momento. Hay que levantarles, asearles, darles el desayuno…, y todo esto no puede esperar a las 12 de la mañana. Hay que hacerlo de la forma adecuada, porque no son fardos de ropa”, valora.