El alumno de la Escuela Superior de Imagen y Sonido de Valladolid (ACEIMAR), David Merino, ha ganado el segundo Concurso Nacional de Cortos Contra la Violencia de Género organizado por la Asociación de Mujeres Jóvenes de Asturias (MUJOAS). El jurado ha decidido que el Cortometraje ‘Espectadores’, del joven estudiante de Realización de Proyectos Audiovisuales y Espectáculos, ha sido el mejor de todos los que han concursado en este certamen.
Merino ha mostrado su “alegría y satisfacción” por el premio y explica el argumento de la cinta que ha dirigido y ha protagonizado, pues también sale en escena. “Siempre se han hecho cortos diciéndole a la maltratada que tiene que ser fuerte y que actúe; pero en muchos casos el maltrato psicológico al que se ven sometidas hace que este paso sea muy difícil de dar”.
De esta manera, David Merino, está convencido de que es importante lanzar el mensaje “a los que están a su alrededor”. “Todas esas personas son las que también tienen que dar el paso y actuar; en definitiva cambiar el chic”, apunta el joven cineasta. Para ello ha realizado un corto de apenas tres minutos “con un estilo de videoclip, contando una historia a partir del ritmo de una música, es algo que me flipa”. Desde Aceimar se le animó, junto a otros compañeros, a presentarse al concurso.
Dividido en tres actos, en el primer apartado “he tratado lo que mis compañeros llaman micromachismos: actuaciones -como por ejemplo el control del móvil- a las que a veces no damos importancia y que pueden derivar en un grave problema”. En el segundo acto se ha mostrado la casa, donde el maltratador encuentra el escenario perfecto para una violencia física y piscológica. Cuenta el director del corto que el tercer acto corresponde a un final trágico: “la muerte”. “Lo hemos hecho de una manera muy simbólica: una ambulancia, un monitor de hospital, una cruz de cementerio… el dolor de los padres”, recuerda.
David Merino ha estado acompañado por varios compañeros que han ejercido de cámaras o actuando. “Yo mismo he desempeñado el papel de maltratador. Ha sido difícil ponerme en su piel, no me quiero ni imaginar cómo tiene que ser en la realidad”. Incluso sus padres también participan en el corto, en una experiencia que el estudiante califica de “muy provechosa”.
Tiene claro David Merino que su “ilusión” es llegar “a dirigir películas”. “Este premio es una motivación para mí”. Desvela que tiene algunos guiones e ideas para cortometrajes propios, aunque se autocalifica como “muy exigente” y confiesa que su sueño sería “llegar a Seminci”. Desde niño se ha sentido atraído por el mundo de la imagen y desde los 12 años ya hacía sus propios proyectos audiovisuales. “Mi experiencia en Aceimar está siendo muy positiva, aquí nos enseñan cómo hacer las cosas, el vocabulario cinematográfico y sobre todo a trabajar en equipo”, concluye.