Las rotondas suelen ser puntos negros en las ciudades en los que se producen una gran cantidad de accidentes. Por ello, los ayuntamientos tratan de buscar soluciones a las más conflictivas con variaciones en forma de semáforos o la reordenación del tráfico en su interior.
Además, estas también provocan atascos en las horas punta, cuando más vehículos salen a la calle como en los momentos de entradas y salidas de colegios o momentos puntuales en días festivos.
Con el ánimo de cambiar esto, la localidad británica de Swindon ideó hace ya más de 50 años la llamada 'rotonda mágica' en un caos perfecto que acabó con los atascos de la zona.
De hecho, pese a su apariencia difícil, ha logrado solucionar un problema extenso añadiendo rotondas más pequeñas a una grande en las que se gira en sentido contrario. Así, mientras que en la grande exterior se hace en sentido contrario a las agujas del reloj ya que en Gran Bretaña el volante se encuentra en el lado contrario que en España, en las interiores se puede girar sobre la misma buscando la salida que se desea.
Con ello se ha conseguido evitar los estresantes atascos en la ciudad hasta el punto de que esta rotonda es capaz de acoger más de 6.000 coches a la hora.