Bajo mínimos y tras dos prórrogas. El Carramimbre CBCV rozó una machada épica en Melilla, pero terminó sucumbiendo (88-85) y acusó la epidemia de gripe en las filas carmesí que obligó a Hugo López a jugar sin Sergio de la Fuente, Niksha Federico ni Mike Torres y contar con solamente ocho jugadores. Las ardillas, todavía líderes, ponen fin a una racha de seis victorias consecutivas.

Declaración de intenciones de un CBC bajo mínimos

Debido a una epidemia de gripe en el equipo, el Carramimbre CBCV, que afrontaba ya de por sí una salida complicada a Melilla, veía como la empresa se teñía de tintes épicos con las bajas de Sergio de la Fuente, quien ni siquiera viajó a la Ciudad Autónoma, y de Niksha Federico, también enfermo como para disputar un encuentro de máxima exigencia. Hugo López, con ocho jugadores bajo sus órdenes incluyendo a Mike Torres, duda hasta el último momento, estaba obligado a reinventarse para salir victorioso del Javier Imbroda melillense. Y los trucos funcionaron desde los primeros minutos.

Tras un sentido homenaje por el fallecimiento de Kobe Bryant en el que ambos conjuntos consumieron sus primeras posesiones de 24 segundos, melillenses y vallisoletanos dieron paso a las hostilidades. Y fueron los locales quienes impusieron su ley ante un diezmado Carramimbre. Un parcial de 7-0 de salida otorgó la manija a los de Alejandro Alcoba y estos no la cedieron en toda la primera parte. Los visitantes, echando en falta a sus referentes en ataque, necesitaron más de tres minutos y medio para anotar sus primeros puntos (7-2), aunque la canasta que logró Guim Expósito sirvió de catalizadora para las ardillas.

Hugo López, sabedor de que en un combate cuerpo a cuerpo tendría todas las de perder con solo ocho efectivos, optó por una zona 2-3 que atascó a los africanos y que solamente Osvaldas Matulionis fue capaz de desarbolar con sus triples. De hecho, resguardados atrás, la mejoría ofensiva fue inmediata para un Ciudad de Valladolid que fue de menos a más y cerró el primer periodo con un resultado de 18-10 que pudo haber sido peor dada la mala puesta en escena.

La inercia positiva de los pucelanos, no obstante, no se frenó ahí. La zona defensiva continuó dando sus frutos y el ritmo del partido decayó, algo que aprovechó el Carramimbre para dilapidar la ventaja carmesí posesión a posesión. A pesar de que el lanzamiento exterior no acompañó a los visitantes (0/6 hasta el momento), la buena noticia es que el Decano de la competición no fue capaz de romper el partido (26-17).

Afortunadamente para los carmesí, a la séptima fue la vencida y Kimbal Mackenzie anotó el primer triple del partido para los suyos y las ardillas, con una nueva dosis de confianza, comenzaron a fraguar la remontada. El combo norteamericano dio un paso adelante y firmó unos minutos de mucho nivel que obligaron a Alejandro Alcoba a pedir tiempo muerto para frenar la reacción (26-22). A pesar de las bajas y en una nueva demostración de carácter competitivo y de ambición, el Carramimbre comenzó a creer seriamente en sus opciones y se encomendó a Frank Bartley (12 puntos al descanso) para despedir la primera mitad con un triplazo de Toms Leimanis y a tiro de Melilla (35-33).

La oda al orgullo del Carramimbre se queda sin premio

Con Mike Torres también enfermo en el banquillo pero inédito hasta el momento, el Carramimbre CBCV había resistido durante veinte minutos a un Melilla Baloncesto que llegó a gozar de ventajas cercanas a los diez puntos ante el líder de la categoría. Con una rotación de solo ocho jugadores pero vivos, a los vallisoletanos les restaban dos periodos para obrar toda una machada en el Javier Imbroda de la Ciudad Autónoma, hito que pasaba por multiplicarse atrás y mejorar el acierto en el lanzamiento exterior.

Dicho y hecho. Jubril Adekoya, uno de los jugadores más destacados ante la ausencia de las piezas claves carmesí, abrió la segunda mitad con un triple que puso al Carramimbre CBCV por delante por primera vez en todo el partido (35-36), aunque la alegría fue efímera. Tal y como ocurrió en los primeros periodos, Osvaldas Matulionis acudió al rescate de los azulones para dar la réplica desde la larga distancia por partida doble. El lituano, con 17 puntos en su haber por aquel entonces, reprimió el conato de remontada de unas ardillas que acusaron el golpe. Parcial de 10-2 y tiempo muerto de Hugo López alcanzado el ecuador del tercer cuarto (46-38).

La arenga del técnico vallisoletano caló en sus pupilos de forma inmediata y Kimbal Mackenzie y Frank Bartley (20 puntos al término del tercer periodo) se echaron el equipo a la espalda. La dupla norteamericana, así, comenzó a afinar la puntería desde más allá del arco y mantuvo con vida a un Carramimbre que, a base de pundonor, sacrificio coral y trabajo, alcanzó los últimos diez minutos de juego con serias opciones de obrar la machada en Melilla (56-54).

Por si fuera poco, el principal responsable de que Melilla Baloncesto mandase durante todo el partido, Osvaldas Matulionis, cometió su quinta falta personal en los primeros minutos del último periodo y fue expulsado. Una amenaza menos para Hugo López. El encuentro, así, se mantuvo en el alambre hasta el final y en el último minuto se jugó todo a un cara o cruz. Toms Leimanis, con un canastón marca de la casa, puso las tablas (69-69) a falta de siete segundos y Caleb Agada no decidió sobre la bocina, con lo que el partido se marchó a la -primera- prórroga.

Y las cosas se pusieron muy de cara para los visitantes. Un parcial de 0-5 a pesar de que el agotamiento era una realidad, obligó a Alejandro Alcoba a detener la sangría y llamar al orden en sus filas. Melilla Baloncesto, en un momento crítico, volvió a presumir de un mayor fondo de armario y de calidad para encomendarse a un Andris Misters que comandó un parcial de 6-0 en solitario. Los de la Ciudad Autónoma, negados desde la línea de tiros libres (15 de 32), no fueron capaces de sentenciar a los vallisoletanos y estos, de la mano de Frank Bartley y tras un triple errado de Toms Leimanis, volvieron a empatar a pocos segundos de que finalizara el tiempo extra. Los azulones, sin embargo, gozaron de una última ocasión para vencer en los últimos instantes, pero Austin Luke falló y la canasta de Fede Uclés tras el rebote ofensivo llegó fuera de tiempo. El Carramimbre, sin gasolina y bajo mínimos, se veía abocado a una segunda prórroga.

En esta ocasión, fueron los locales quienes golpearon primero (82-77), pero dos triples consecutivos de los carmesí revirtieron el guion (82-83) antes de la jugada clave que a la postre decidió el partido para los locales. Tras un rebote ofensivo de Tom Granado y la consiguiente canasta bajo el aro, los árbitros sancionaban al pívot norteamericano con su quinta falta personal y echaron por tierra esos dos tantos. Nada más lejos de la realidad, ya que el defensor local había resbalado y no hubo contacto alguno entre ambos. Sin hombres grandes, haciendo malabares para sacar un quinteto y agonizando ante los continuos fallos en el tiro libre de los locales, el Carramimbre, agotado y sin un ápice de energía, fue muriendo paulatinamente y Melilla Baloncesto terminó sentenciando de la mano de Didac Cuevas. Toms Leimanis y Frank Bartley (28 puntos) tuvieron en sus manos las últimas posesiones para escribir otro capítulo en la oda al orgullo que escribieron las ardillas y que terminó sin un triunfo que hubiera puesto el broche de oro (88-85).

Ficha técnica

Club Melilla Baloncesto (88): Javi Marín (3), Caleb Agada (15), Osvaldas Matulionis (19), Fede Uclés (8), Philipp Hartwich (11) -quinteto inicial-. También jugaron: Austin Luke (7), Amadou Sidibe (6), Andris Misters (10), Didac Cuevas (3), Romaric Belemene (0) y Mirza Bulic (6).

Carramimbre CBCV (85): Toms Leimanis (11), Frank Bartley (28), Guim Expósito (6), Jubril Adekoya (9), Seydou Aboubacar (12) -quinteto inicial-. También jugaron: Kimbal Mackenzie (9), Mike Torres (-), Dani Astilleros (2) y Tom Granado (8).

Árbitros: Sacristán Barazón, Terreros San Miguel y Carrera Rosdevall. Expulsados los locales Caleb Agada, Osvaldas Matulionis y Andris Misters; y los visitantes Kimbal Mackenzie, Seydou Aboubacar y Tom Granado con cinco faltas personales.

Parciales: 18-10, 17-23 (35-33 al descanso), 23-21, 13-15 (69-69 al término del cuarto periodo), 8-8 y 11-8 (88-85 final).