La UDEV entra en el cementerio de El Salvador para practicar un reportaje fotográfico y un cotejo espacial
A primera hora de la mañana, sobre las 08.00 horas, efectivos del Grupo I de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Policía Nacional de Valladolid han entrado en el Cementerio Jardín-Parque El Salvador, en Santovenia de Pisuerga, para practicar una prueba fotográfica en las instalaciones, dentro de la investigación judicial iniciada a partir de la 'Operación Ignis'.
La prueba, tal y como informaron a Europa Press fuentes jurídicas, fue solicitada en septiembre de 2019 por la Fiscalía de Valladolid y ha sido realizada sin que fuera necesario librar mandamiento judicial alguno, ya que la empresa investigada ha autorizado la práctica de la misma tras recibir el pasado día 6 de marzo una providencia de la titular del Juzgado de Instrucción 6, Teresa Javato, solicitando su colaboración.
La única condición puesta por Grupo Funerario El Salvador era que la prueba, consistente en la realización de un reportaje fotográfico de las instalaciones sitas en Santovenia y el cotejo de su distribución especial, se efectuase a primera hora "con la máxima discreción y menor injerencia posible en las actividades de la empresa", como así ha ocurrido.
La prueba practicada por miembros de la UDEV, expertos en fotografía y planimetría, se ha extendido al edificio en el que se encuentran la recepción-oficina, horno y demás estancias, a fin de que el nuevo material pueda ser cotejado con el que ya obraba en poder del Grupo I.
UNA PRUEBA TARDÍA
El letrado Guillermo Ruiz Blay y representante de los intereses de la familia Morchón, propietaria del grupo funerario, ha lamentado, en declaraciones a Europa Press, que la referida prueba "llega ya tarde" tras advertir de que "durante más de un año se ha estado interrogando a la gente sobre qué pasaba y dónde pasaba, sin tener el juzgado una referencia física del escenario de los hechos".
El Juzgado de Instrucción 6 investiga desde finales de enero de 2019, entre otras presuntas irregularidades, la supuesta sustitución de féretros por otros de mucho menor precio antes del proceso de incineración por parte de un total de veinticinco personas, entre miembros de la familia Morchón, propietaria del negocio funerario, y empleados del grupo. El periodo analizado comprende entre 1995 y 2015 y habría cerca de 6.000 afectados.
El propietario del negocio, Ignacio Morchón Alonso, de 75 años, salió en libertad provisional en junio del pasado año tras permanecer preso desde el día 2 de febrero y una vez garantizada fianza hipotecaria de 800.000 euros, mientras que sus hijos, que también llegaron a permanecer presos, recuperaron igualmente con anterioridad la libertad una vez abonadas fianzas hipotecarias por valor de otros 800.000 y 200.000 euros, respectivamente.
En marzo del pasado año la Sala de Gobierno del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León respaldó la declaración del caso como causa compleja por corrupción, atendiendo a la clase de delitos por los que se sigue, en particular, delito fiscal y/o blanqueo de capitales y pertenencia a organización criminal, así como por la pluralidad de personas investigadas, la existencia de organización criminal, el elevadísimo número de perjudicados, la relevancia económica de las conductas investigadas y la especial complejidad de la instrucción, al tiempo que informó favorablemente la petición de apoyo de la instructor en cuanto a refuerzo de personal.