El confinamiento por la incidencia del COVID-19 ha modificado, no hace falta entrar en detalles, nuestro estilo de vida. El Puente Salud Mental ha detectado la necesidad de lanzar un servicio telefónico que ayude a la sociedad a hacer más livianos estos días de aislamiento y se promueva el mantenimiento de nuestra salud mental.

De este servicio, que se va a desarrollar de lunes a viernes de 10 a 12 en el número 686181286, se va a encargar la psicóloga de la entidad sin ánimo de lucro, Laura Gil. Charlamos con la madrileña, afincada en Cuéllar pero que trabaja en Valladolid, sobre la brillante iniciativa y lo que puede ocasionar, a nivel mental, esta crisis del coronavirus.



Pregunta. El hecho de estar confinados está generando un desasosiego entre la población. ¿Cómo puede afectar en nuestra salud mental?



Respuesta. En estas situaciones las emociones se vuelven más intensas. Estas circunstancias alteran nuestro día a día, nuestras rutinas, actividades, relaciones sociales. En nuestro día a día, necesitamos desconectar del trabajo, de la familia, de determinadas situaciones pero ahora eso no es posible.

El estar en una situación de confinamiento domiciliario provoca, en algunas personas, sensación de frustración al no poder salir, ira, incertidumbre, confusión, agobio y en muchos casos aburrimiento. También, en personas que viven o se sienten solas, se agudiza esa sensación de soledad y de desamparo pudiendo desencadenar todo esto en un episodio depresivo.

P. ¿Cuáles son los peligros más acuciantes por el confinamiento?



R. Además de lo comentado anteriormente, para mí el peligro más destacado es la privación de las relaciones sociales que se dan en el día a día.

Hay muchas personas que viven solas en su domicilio, que antes, se relacionaban y conversaban con gente en el bar cada mañana, o en la panadería, en actividades comunitarias, etc. Esas personas, en estos momentos, se ven privados de su vida social. Y si a la sensación de soledad añadimos pensamientos catastrofistas en referencia a la situación actual, la sensación de desamparo y desanimo se agudiza aún más.

La gente se pone en el lugar de los familiares de personas fallecidas, sufre mucho por ello y les produce mucha angustia pasar por una situación similar. 

P. El Puente Salud Mental ha puesto en marcha un número de teléfono en el que usted va a resolver dudas. ¿Cómo surge la iniciativa?



R. Nosotros trabajamos con la palabra. Antes de todo esto un montón de personas acudían a la entidad a realizar actividades, información, asesoramiento… Nos dedicamos a acompañar a las personas en el desarrollo de su proyecto vital, trabajamos por y para las personas en pro de la salud mental.

La idea surgió con el objetivo de paliar un poco la sensación de soledad y aislamiento que tienen algunas personas. Nos gustaría contribuir a que las personas se sientan mejor en estas circunstancias, y eso, muchas veces, se puede conseguir con una simple conversación.

P. ¿Qué fin tiene esta iniciativa?



R. Se trata de un teléfono al que poder llamar en estos momentos, en el caso de necesitar ayuda, en la gestión de tus emociones, hablar con alguien, verbalizar tus miedos o calmar tu sensación de soledad. Desahogarte un poquito o simplemente hablar un ratito con alguien.Las relaciones sociales son un pilar básico para tener una buena salud mental, el hablar con alguien, a veces, hace que nos tranquilicemos y veamos las cosas de otra manera.

P. Las relaciones sociales han cambiado con el confinamiento.



R. Por supuesto que han cambiado. De la noche a la mañana hemos tenido que quedarnos en casa y relacionarnos a través del teléfono, WhatsApp, Skype y otras redes sociales. Las relaciones sociales se han vuelto más virtuales a la fuerza. Nos llamamos más, hacemos más videollamadas, mayor uso de las redes sociales. Pero si algo he notado de positivo y que me gustaría destacar, es que nos hemos vuelto más solidarios. Hay personas que lo están pasando realmente mal en estos momentos y están dispuestos a ayudar a los demás. Por ejemplo, llevándole la compra a sus vecinos, interesándose por su estado, llamándoles…

P. El confinamiento es especialmente difícil para esas personas que tampoco se pueden comunicar a través de las redes sociales…



R. Sí, en estos momentos el no manejar las redes sociales es una barrera importante en las relaciones sociales, no sólo por las videollamadas sino por el envío de información, fotografías, etc.

Al fin y al cabo, vivimos en una sociedad muy digitalizada y el manejo de las redes sociales se ha convertido casi en una necesidad. Sin embargo, desde la entidad, intentamos llegar a todo el mundo porque afortunadamente, hoy en día, casi todos tenemos teléfono, es por eso que nos planteamos esta iniciativa que al final llega a casi todas las personas.

P. ¿Qué consejos daría a todas esas personas que están confinadas y sufriendo?



R. Les diría que traten de centrarse en el presente, en el día a día, no sabemos cuándo va a pasar todo esto, lo que sí es seguro es que va a pasar, como ya lo hicieron en su día otros virus parecidos. La anticipación, en general, agudiza los estados de angustia. Les animaría a que se cuidasen, continuasen con el día a día en su domicilio, estructurasen ese día a día con horarios regulares de comida o de sueño, que se movieran un poco, no hace falta matarse a hacer ejercicio, pero si moverse un poco, hacer estiramientos, que realicen alguna actividad que les guste, que aprovechen para hacer cosas pendientes que nunca hacen por falta de tiempo, que desarrollen o cultiven una afición. Pensar, imaginar y hacer un listado con las cosas que van a hacer una vez que pase todo esto. Y sobre todo, que dosifiquen la cantidad de noticias que ven. El pasarse todo el día viendo noticias del coronavirus contribuye a agudizar los pensamientos catastrofistas.



P. ¿Cómo será El Día Después De Todo Esto? El día en el que intentemos recuperar la vida que llevábamos.



R. Nadie lo sabe. Yo creo que no nos lo vamos ni a creer. Aún no sabemos ni las consecuencias,  ni el alcance de las mismas una vez que esto pase. Me imagino que volveremos a recuperar poco a poco nuestro día a día y nuestro vivir con prisas, pero se van a producir cambios en algunas personas. Puede que alguno valore mucho más cosas que hasta ahora nos parecían insignificantes: como dar un paseo, sentarnos en una terraza a tomar algo, ir a un bar a tomar un café con una amiga, ver un partido de futbol, bañarnos en la playa o incluso ir a trabajar… Cuando todo esto acabe seremos conscientes de lo libres que realmente somos.



P. ¿Dejará muchas secuelas esta crisis del coronavirus?



R.Es difícil aventurarse a responder esta pregunta. Habrá en personas que sí y otras en que menos. En cuanto a las secuelas que va a dejar esto socialmente, lo estamos escuchando cada día en las noticias, si bien, yo prefiero ir paso a paso e ir afrontando cada día los obstáculos que vayamos encontrando.



Por nombrar algunas personas, aquellas cuyos seres queridos han fallecido y no han podido despedirse de ellos, seguramente necesiten un apoyo para afrontar esa pérdida. Todos los sanitarios que ahora están dando el 200%, en una situación continua de estrés, están viviendo unas circunstancias que no nos podemos ni imaginar, también hemos de apoyarles en estos momentos y cuando todo esto pase…La gran mayoría de las pequeñas empresas han tenido que cerrar, con todo lo que ello supone para sus familias. Hay gente que en estos momentos lo está pasando realmente mal.

Todo esto nos va a cambiar a todos sin lugar a dudas, espero que una vez que pase nos enseñe a ser más humanos, a valorar más lo que tenemos y a ser más solidarios.