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Valladolid

Un monasterio vallisoletano sale de la Lista Roja del Patrimonio

6 abril, 2020 18:07

Una buena noticia para el patrimonio artístico de Valladolid: el monasterio de Nuestra Señora de la Armedilla de Cogeces del Monte ha abandonado recientemente la Lista Roja del Patrimonio (www.listarojapatrimonio.org) que elabora la asociación Hispania Nostra y ha pasado a la Lista Verde. 

El motivo es que ha finalizado la primera de las siete fases del Programa Integral de Actuaciones para el Monasterio de Santa María de Armedilla, encargado por el Servicio de Planificación, Investigación y Difusión de la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Junta de Castilla y León con cargo a fondos FEDER, redactado y dirigido por Cuadrante, recuperando así el uso cultural y turístico del conjunto. 

Las obras, intervenciones y actividades están siendo financiadas mediante las cuotas de los 115 socios y mecenas de la Asociación de Amigos de la Armedilla, los donativos de las visitas, el Ayuntamiento de Cogeces del Monte, la Diputación de Valladolid para Actividades Culturales, y Junta de Castilla y León principalmente.

A principios del siglo XV, el señor de Cuellar, el infante D. Fernando de Antequera, propuso su donación a los monjes de la Mejorada de Olmedo para que fundaran allí un monasterio jerónimo. Fue convertido en monasterio por breve papal de 1405. Es en el s. XVI cuando se llevan a cabo las obras más significativas: la construcción de la iglesia, el levantamiento del claustro y otras dependencias monacales, que concluirían en 1552. Los patronos encargaron estas obras al arquitecto Hannequin de Cuéllar. A partir de la segunda década del siglo XIX se desamortiza, es abandonado y entra en total decadencia y deterioro progresivo. 

La propiedad pasa a manos particulares, llegándose a utilizar como cantera.

Aún queda en pie parte de la estructura de la iglesia renacentista y la espadaña. La iglesia mantiene la planta de cruz latina con una única nave y cabecera de tramo recto, los restos de los arranques de los nervios de la bóveda estrellada que la cubría, propia de un gótico tardío, la espadaña, y las ruinas del claustro, que presumiblemente tuviera tres alturas. La portada de la iglesia fue arrancada y trasladada a la casa de Cervantes en Valladolid en 1918 por encargo de Archer M. Huntington. 

Quedan restos y trazas del claustro, bodegas y aljibes, de las construcciones medievales y de la residencia que edificaron allí los duques de Alburquerque, señores de Cuéllar, patronos del monasterio.