El lado positivo de esta crisis por el coronavirus que está dejando miles de muertos en todo el territorio nacional (casi 20.000 fallecimientos) lo pone la solidaridad que estamos viendo por parte de diferentes empresas y organizaciones, tanto en la capital del Pisuerga como en la provincia.
Charlamos con Pablo Sánchez Gatón, gerente de Irzon, empresa ubicada en la localidad vallisoletana de Rueda, que nos cuenta su iniciativa para poner su granito de arena y ayudar a los demás en estos momentos tan difíciles.
Pregunta. La solidaridad en esta dichosa crisis del coronavirus está muy presente. Usted es un claro ejemplo. Lo ha dejado todo para dedicarse a la elaboración de estas pantallas. ¿Por qué?
Respuesta. Porque podía ayudar. Sabía que con los medios de los que dispongo podía crear estos protectores faciales, lo que no sabía es cuántos podíamos llegar a producir. La motivación más importante es que después de entregar miles de estos protectores hay una probabilidad muy alta de haber prevenido algunos contagios y probablemente salvado alguna vida. Nunca lo sabremos pero es motivo suficiente.
P. ¿Cuándo pone esta iniciativa en marcha?
R. Al final de la primera semana de confinamiento tras observar que gente con impresoras 3D se estaban organizando en grupos para elaborar pantallas protectoras. Pronto me di cuenta de que nosotros solos desde Irzón no podríamos producir tantas y decidí intentar juntar un equipo de voluntarios para ello.
P. Rápidamente la Diputación de Valladolid le echó un cable para que esta buena acción siguiera adelante. ¿Cómo?
R. La Diputación contactó con nosotros al ver como nuestra empresa se transformaba para la fabricación y donación de estas pantallas protectoras. Nos ofreció recursos para aumentar la producción, como 3 impresoras 3D y material plástico para imprimir piezas, así como PVCs.
En nuestra provincia tenemos la suerte de que los políticos en general confían en el tejido empresarial y son capaces de ofrecerse a sus empresas y autónomos en momentos de emergencia porque saben que nosotros respondemos.
P. Son 10 personas que realizan la impresión desde casa para recibir este material posteriormente en su empresa Irzon, en Rueda. Cuénteme un poco cómo es el proceder.
R. Nuestro grupo desde sus casas y nosotros en Irzón imprimimos en nuestras impresoras 3D la pieza que se une al PVC transparente del protector. Al final de la semana juntamos todas las piezas en nuestra empresa en Rueda. En Irzón las limpiamos y las empaquetamos junto con un pvc y una goma. Una vez que llegan a su destino las monta el propio usuario fácilmente con unas instrucciones que hemos elaborado.
P. ¿Dónde acaban estas pantallas una vez que están realizadas?
R. Principalmente en hospitales, centros de salud, residencias...y todo tipo de establecimientos que están en contacto directo y continuo con el público.
P. Todo gratuitamente claro, materiales, mano de obra… es una acción totalmente solidaria.
R. Todo lo que producimos lo ofrecemos gratuitamente. Siempre intentando que llegue a los que más lo necesitan. Requiere gran esfuerzo coordinar todo para que funcione, tener material y que los protectores sean utilizados cuanto antes, por ello ahora solo tenemos tiempo para esta acción solidaria.
P. La fabricación, si no tengo mal entendido, se hace gracias a las donaciones de particulares y amigos…
R. En un principio empezamos a producir protectores con el material de que disponíamos en la empresa. Pronto, tras los primeros 100, descubrimos que si queríamos llegar a más gente deberíamos pedir ayuda. Primero solicitamos gomas y PVC transparente a la gente de nuestra localidad, Rueda. Tras las gran ayuda que nos prestaron pronto se acabó el material y nuestros amigos más cercanos nos compraron material que nos llegaba por agencia de transporte.
Hay un inconveniente en todo esto, cada material que llega es diferente y no es fácil fabricar algo que funcione bien con todos estos cambios. Por lo que buscamos un proveedor de plástico de impresión 3D y de PVCs. Pusimos un número de cuenta y con las donaciones compramos el material. También hemos comprado con estas donaciones 6 impresoras 3D con las que ahora producimos a mayor ritmo.
Nos hemos propuesto llegar a 7000 protectores y cuando esto acabe donaremos estas 6 impresoras a colegios cercanos.
Si no es por la gente que desde un principio nos animó y apoyó económicamente en esta causa, jamás podríamos haber pasado de los primeros 200 protectores.
P. Su negocio se ha visto afectado por el coronavirus y al final se ha tenido que readaptar a la situación.
R. Mi negocio, por suerte, no se ha visto afectado, tenemos mucho trabajo en Irzón, pero esta emergencia nos ha hecho dejar de lado nuestro trabajo habitual. Adaptarnos tampoco, ya que esto lo hacemos sin ningún beneficio, más bien todo lo contrario.
En Irzón somos dos socios, autónomos, que llevamos cuatro semanas sin trabajar en nuestra empresa por fabricar protectores y hemos pagado nuestras cuotas de autónomos como cada mes. No nos importa porque sabemos que hay gente en una situación mucho peor y vivimos un momento excepcional. No nos quejamos, solo buscamos soluciones para que nuestra sociedad resista esta emergencia.
P. ¿Es optimista? De cara al futuro no muy lejano…
R. Soy optimista. Esta etapa la pasaremos y la olvidaremos, como tantas otras catástrofes que están hoy en el recuerdo. Lo que debe perdurar es la capacidad de respuesta de nuestra sociedad. En esta crisis se ha demostrado que todas las personas, empresas y autónomos están dispuestas a dar lo mejor de sí ante una emergencia. Debe ser una lección para todos.