Volvimos a Carmona, en la vallisoletana Castronuño, donde los hermanos Mayoral (Pepe y Juan) siguen manteniendo viva la llama ganadera que heredaron de su padre, el viejo criador zamorano José Luis Mayoral.
Diego García fue el invitado para tentar dos erales en la placita de tientas de la finca. Ambos novillos dieron un juego interesante en el caballo del picador de Tordesillas Javier Bastida. Mejor el primero que tuvo son y prontitud. Al segundo de los erales le costó ir la tercera vez y de lejos.
Auxiliado por los subalternos Mario Campillo y Juan Cantora, el novillero de San Sebastián de los Reyes estuvo muy entonado ante el primer eral que fue de menos a más, Variado, con mucha disposición y entrega, el joven novillero fue cogiéndole el sitio al buen novillo hasta hacerse con él en una faena muy vistosa por ambos pitones. Hasta puso banderillas, suerte que nunca había practicado.
GALERÍA DE FOTOGRAFÍAS: NATALIA CALVO
Con el segundo eral, más hecho, estuvo encomiable el espigado novillero, aunque le costó más porque el animal buscó los tableros, pero después de haberle endosado varias series por ambos pitones. Remató la faena con unos ayudados garbosos. El simulacro de matar lo realizó a la perfección.
El espigado novillero, a quién acompañaba su hermano, el matador de toros Alvaro García y el padre de ambos, Blas, se lamentaba de la situación por la pandemia, pero albergaba esperanzas para torear en algunos festejos esta temporada.
En ambos novillos salió de tapia el becerrista palentino Juan Pérez, al que ayuda su paisano y profesor de la Escuela Taurina de Palencia Juan Cantora.
También visitamos los prados donde pastan las vacas, así como los añojos y erales, además de otros animales de saca, unos 90, que los ganaderos adquieren para organizar festejos populares, ya que también ejercen de empresarios.
Pepe Mayoral se mostraba muy preocupado por la situación y nos comentó que “se habían precipitado en la normativa taurina al no permitir la celebración de festejos populares”. “Será una temporada nefasta”, se lamentaban el ganadero zamorano.
Nuestro agradecimiento a los hermanos Mayoral por el trato exquisito que siempre recibimos cuando visitamos su ganadería.