César Mata, abogado y crítico taurino de Diario de Valladolid, tributó un homenaje al diestro pucelano David Luguillano, al que tantas tardes siguió haciendo crónicas memorables a lo largo de los 30 años de alternativa.
La coqueta placita de tientas de su ganadería -Toros Tierz, en Tudela de Duero- fue el escenario donde se llevó a cabo el culto del ganadero a su amigo David; a quien conoció en su adolescencia cuando ambos residían en la calle Maldonado y en la Plaza de San Juan respectivamente.
Y David -en contestación artística- ofreció lo mejor de su repertorio ante dos vacas del hierro con reminiscencias oscenses: una erala noble y repetidora y otra con clase y mucha humillación. Y el diestro de la Plaza de San Juan, -dixit Mata- estuvo en su línea de toreo caro, de sentimiento, de regusto y gustando a la concurrencia.
Es lo que me cuentan los invitados, ya que un compromiso anterior con la Escuela Taurina de Rioseco en la ganadería de los Hermanos Mayoral, impidieron nuestra presencia en este homenaje.
Pero sí hubo asistencia de amigos de uno y del toro, como el arquitecto soriano Felipe Romero, que torea de primor. Adrián “Durillo”, Paco Mata (sobrino de César, al que le ha metido el “veneno” del toro) y el novillero Ricardo Maldonado. Todos ellos mostraron su afición con los avíos de franela en calidad de “tapias” del diestro vallisoletano.
César Mata entregó a su amigo David una foto histórica de hace 20 años, tomada por él mismo en el hotel Wellington, en una de las tardes previas a su actuación en Las Ventas. Luego hubo un vinito y bebidas acompañadas de una degustación de jamón de “El Chañero”.
El propio César nos proporcionó una galería de fotos para ilustrar la noticia. Enhorabuena, David.