Renfe ha recordado a la Asociación de Usuarios del AVE de Valladolid que no existe prohibición expresa para comer o beber en los trenes, una actividad que requiere que la persona que la realiza se quite la mascarilla, después de que este colectivo remitiera una carta a la compañía para advertir de la "falta de control" de su uso.
En su misiva se hacía referencia a las situaciones que se viven "de forma reiterada" en los trenes de vuelta de Madrid a Valladolid, ya que hay viajeros "que deciden a título individual, comer en sus asientos durante todo el trayecto y por consiguiente, quitarse las obligadas" mascarillas".
Sin embargo, Renfe ha recordado en su respuesta, a la que ha tenido acceso Europa Press, que no existen en las órdenes que establecen la obligatoriedad de este uso "la mención a prohibiciones, o limitaciones, a la ingesta de alimentos o bebidas a bordo de los trenes, más allá de la lógica que la situación actual requiere".
Así, se ha referido a la Orden SND/442/2020 de 19 de mayo por la que se regulan las condiciones para el uso obligatorio de mascarilla durante la situación de crisis sanitaria y que establece que "su uso no será exigible en el desarrollo de actividades que resulten incompatibles, tales como la ingesta de alimentos y bebidas, así como en circunstancias que exista una causa de fuerza mayor o situación de necesidad".
Sin embargo, la asociación advierte de que lo previsto en esta orden "debe entenderse sin perjuicio de la necesidad de seguir cumpliendo con las recomendaciones de las autoridades sanitarias relativas al mantenimiento de la distancia interpersonal, la higiene de manos y resto de medidas de prevención", por lo que "como no se puede mantener la distancia de dos metros con el resto de pasajeros, no debería quitarse nadie la mascarilla".
Además, opina que en caso de que fuese "necesario por motivos de fuerza mayor" debería "retirarse a alguno de los espacios del tren donde no tenga personas a dos metros".
"No es lógico que en un trayecto de una hora haya que quitarse la mascarilla al lado de otros viajeros, poniendo en riesgo a todos los que comparten vagón con esa persona, y es menos lógico que el personal de a bordo haga la vista gorda cuando su deber es que se cumplan las normas de la empresa y proteger la integridad de los viajeros", concluye esta asociación.