Las democracias modernas se han dotado en los últimos años de sistemas, más o menos imperfectos, que permiten acercar la gestión de los gobiernos a la ciudadanía, generando confianza en el ciudadano de a pie, que a golpe de botón puede acceder en igualdad de condiciones y sin necesidad de privilegios a la información pública y de buen gobierno de administraciones públicas del Estado, las comunidades autónomas y las entidades locales. A más transparencia, más democracia; o lo que es lo mismo: la transparencia consolida la calidad democrática de un país.
Y es que la sociedad actual, cada vez más crítica, exige total transparencia en la gestión de los recursos públicos, que al fin y al cabo proceden de los impuestos que paga la totalidad de la población. En qué se gasta el dinero, y sobre todo, si se hace con sentido común, es vital para satisfacer a una opinión pública desafecta con la clase política, especialmente en los tiempos actuales de crisis y tras numerosos y sonados casos de corrupción.
Sin embargo, el mandato de la sociedad civil, amparado por una Ley de Transparencia que nos otorga el derecho a tener acceso de modo sencillo a las resoluciones, gastos, contrataciones… no se cumple por igual en todas las instituciones públicas. En el caso del Ayuntamiento de Valladolid, cualquiera que se aventure a adentrarse en la web de Transparencia municipal descubrirá sus graves carencias y llegará a la conclusión de que no sirve al fin propuesto: la de informar, puntualmente, de la actividad desarrollada por la entidad.
Como ya publicamos recientemente en Noticiascyl, la web carece, año tras año, de datos de vital importancia si se quiere ‘cumplir’ con los estándares de transparencia. Pero además, es notoria la cantidad de información relevante desfasada desde hace años.
El equipo de Óscar Puente sólo hizo un tímido intento de mejorar la transparencia los dos primeros años tras hacerse con el bastón de mando, alentado por el auge de las nuevas tecnologías, la pasajera ‘fiebre’ de la transparencia y la puesta en marcha de servicios eficientes de sistemas información que hasta entonces no eran de uso generalizado; más allá de 2017, resulta complicado encontrar información de esta rendición de cuentas.
Falta de rigor y opacidad en la publicación de información sobre cargos, personal, patrimonio del Ayuntamiento, contrataciones, licitaciones de obras pública o servicios municipales. Algunos de los epígrafes, entre otros tantos, que están sin actualizar en el Portal de Transparencia del propio Ayuntamiento de Valladolid son los siguientes:
-Gastos de viaje del alcalde y concejales. No se actualizan desde 2018.
-Relación de inmuebles (oficinas, locales, etc.), tanto propios como en régimen de arrendamiento, ocupados o adscritos al Ayuntamiento. No se actualiza desde 2017.
-La relación detallada de todos los vehículos oficiales (propios, alquilados o cedidos) adscritos al Ayuntamiento (incluyendo en su caso los dedicados a servicios públicos). Última actualización en 2017.
- Lista y/o la cuantía de las operaciones con los proveedores, adjudicatarios y contratistas más importantes del Ayuntamiento. Sin Actualizar desde 2016.
-El listado de empresas que han concurrido a cada una de las licitaciones de obras públicas convocadas por el Ayuntamiento. Última actualización en 2016.
-Carta/s de Servicios municipales, y del grado de cumplimiento de los compromisos establecidos en la/s misma/s. No se actualiza desde 2016.
- Las resoluciones judiciales (con un enlace a su contenido íntegro) que afecten al Ayuntamiento (en el orden contencioso, laboral, etc.). Sin datos desde el año 2017.