Lo que no se ve de la crisis del COVID-19
El Comité de Ética en Servicios Sociales de Medina del Campo muestra su enorme preocupación ante la situación generada con motivo de la pandemia. Una problemática cuya respuesta es claramente mejorable y en la que sin duda pueden tener un papel importante los/las trabajadores sociales desde los conocimientos y habilidades inherentes a su profesión.
Tanto las personas afectadas por Covid-19 ingresadas en instituciones hospitalarias y sociosanitarias, como sus familiares, se han encontrado y se encuentran en la actualidad en una situación de vulnerabilidad e incertidumbre por la escasa información sobre la evolución de la enfermedad en el paciente, agravada por las restricciones de contacto entre unos y otros durante el ingreso.
Constituido y en funcionamiento desde el año 2017, el Comité de Ética en Servicios Sociales de Medina del Campo tiene entre sus funciones el asesoramiento y la orientación desde el punto de vista ético a los profesionales en aquellas situaciones que puedan generar conflictos de valor y también promueve la elaboración de protocolos de actuación y códigos de buenas prácticas en las situaciones en las que frecuentemente se plantean conflictos éticos.
Esté comité se ha mantenido muy activo desde el inicio de la pandemia y sus miembros quieren poner de manifiesto que tanto el Sistema Sanitario como el Sistema de Servicios Sociales, han sido testigos en primera línea de las consecuencias que a nivel sanitario, económico, social y emocional ha causado esta situación tan excepcional en personas y profesionales. Ambos sistemas han tenido que realizar, en un breve espacio de tiempo, un enorme esfuerzo de adaptación para dar respuesta a múltiples y nuevas necesidades.
Los Servicios Sociales han asistido a situaciones en las que los familiares de las personas ingresadas apenas tenían noticias de su evolución, ante la extrema saturación y sobrecarga de trabajo de todo el personal sanitario y social, tanto en atención especializada como en la primaria. A todo ello hay que añadir la soledad e incertidumbre de las personas ingresadas, privadas del contacto físico y emocional con sus allegados en los momentos de mayor vulnerabilidad, con las repercusiones negativas en la salud y el bienestar de las personas que este aislamiento social ocasiona, como ha quedado evidenciado en multitud de estudios de investigación y en la propia práctica profesional.
Son muchos los casos que desgraciadamente han terminado en el fallecimiento de los/las enfermos/as en una situación de soledad que no es éticamente aceptable y que además tiene enormes consecuencias en la posterior elaboración del duelo y afrontamiento de las nuevas necesidades sociales de los familiares. Como consecuencia de ello, podemos afirmar que en la actualidad, desde los Servicios Sociales se están
detectando en los familiares de estas personas dificultades de salud mental derivadas de esta situación:
sentimientos de culpabilidad, ansiedad, depresión, etc.
Desde el compromiso con una actuación ética que proporcione el mayor bien posible a las personas con las que se trabaja en Servicios Sociales, el Comité de Ética en Servicios Sociales apunta que aún estamos a tiempo de dar una respuesta y una mejor atención a esta problemática y es por ello que el CESS ha realizado varias sugerencias a las entidades implicadas:
Facilitar que la información acerca de las personas ingresadas llegue a sus familiares de forma ágil y eficaz, permitiendo un buen seguimiento de éstos acerca de su estado y de las evoluciones médicas de su familiar, siempre con el consentimiento facultativo y dentro de la legalidad.
Que a las personas enfermas a su vez, se les permita mantener el contacto con sus familiares y poder sentir el apoyo y acompañamiento de sus personas más queridas en esos momentos de enfermedad, en la medida de lo posible como apoyo en el tratamiento de la persona.
Creación de protocolos de actuación dentro del ámbito sanitario incluyendo trabajadores sociales y así, colaborar en los rastreos aprovechando en los mismos la detección de nuevas necesidades sociales.
Creación de un protocolo de actuación dentro del ámbito de Servicios Sociales, que establezca pautas generales de actuación a los profesionales de los Servicios Sociales ante esta situación, dada la existencia de problemas y conflictos éticos que se presentan en relación a ello.
El CESS ha trasladado estas sugerencias al Colegio Oficial de Trabajo Social de Valladolid y Segovia (que dará traslado de las mismas al Consejo Regional de Trabajo Social), al Comité de Ética de los Servicios Sociales de Castilla y León, al Comité de Bioética del Hospital Comarcal de Medina del Campo, a la Dirección General de Planificación y Asistencia Sanitaria y al Gerente de Atención Especializada de Valladolid Este, poniéndose a su disposición para trabajar de manera coordinada y como nexo de unión entre trabajadores sociales y personal sanitario.