El delgado territorial de la Junta, Augusto Cobos, ha realizado hoy una visita a Medina de Rioseco donde se ha reunido con el alcalde, David Esteban, y han visto el resultado de las obras de restauración realizadas por la Junta en el arco de Ajújar con una inversión de más de 50.000 euros procedentes de los gastos desconcentrados en la provincia por la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Consejería de Cultura y Turismo.

La visita, en la que también han participado la jefa del Servicio Territorial de Cultura, Lola Carnicer, y la teniente de alcalde, Sonia Rodríguez, se ha completado con un recorrido por el Museo de la Semana Santa, en el que el presidente de la Junta de Cofradías, Antonio Herrera, y la encargada del museo, María José Amigo, han mostrado las obras más significativas de la Semana Santa riosecana que un año más no pueden posesionar por causa de las limitaciones de la pandemia.

Los trabajos de restauración del arco de Ajújar han recuperado la imagen de esta puerta de acceso a la ciudad, la más antigua que se conserva de la muralla original, y se han solucionado los problemas que sufría el edificio, cuya apariencia estaba desvirtuada por la degradación de sus fábricas de piedra, fuertemente deterioradas en su parte inferior hasta una altura de dos metros, debido a diversos factores como la humedad procedente del terreno, la contaminación atmosférica o la acción de los agentes climatológicos.

La actuación restauradora ha consistido en la limpieza de las fábricas de piedra; la consolidación mediante silicatos, fijando y cohesionando la piedra caliza; la recomposición mediante morteros de aquellos elementos pétreos que han perdido volumen; la reposición de piezas de piedra degradada y con peligro de desprendimientos; la ejecución de una cámara bufa perimetral de ventilación, con rejillas de ventilación y acometida a la red general de saneamiento, y la restauración de las carpinterías exteriores de madera.

Las obras han sido ejecutadas por la empresa Construcciones y Rehabilitaciones Pabema S.L. siguiendo el proyecto técnico de Raúl Villamor, Daniel González como aparejador y con el seguimiento técnico de la Unidad Técnica del Servicio Territorial de Cultura de Valladolid.

Durante la visita, el alcalde trasladó al delegado territorial de la Junta algunas de las iniciativas que tiene previstas el Ayuntamiento en relación sobre todo con el desarrollo de proyectos de intervención en el Área de Regeneración Urbana, o de restauración de algunos edificios para darles un valor de equipamiento o habitacional, para los que ambos se comprometieron a estudiar y buscar posibles vías de colaboración de la Junta.

Por su parte, Augusto Cobos informó también al alcalde de Medina de Rioseco del estado de la licitación del proyecto de las pasarelas peatonales sobre el desagüe del canal de Castilla y sobre el río Sequillo, en la VA-913. La Dirección General de Carreteras e Infraestructuras de la Consejería de Fomento y Medio Ambiente inició la contratación de las obras con un presupuesto de licitación de 522.296 euros y el pasado 13 de marzo finalizó el plazo de presentación de ofertas. El presupuesto de la obra se distribuye en dos anualidades, 250.000 euros en 2021 y 272.296 euros en 2022.

Edificación del arco de Ajújar



La muralla de Medina de Rioseco comenzó a construirse en el siglo XIII. El arco Ajújar, era la puerta defensiva de acceso a la población desde Palencia. Se trata de una torre de planta cuadrada con un arco apuntado de 3.40 m de luz y 5 m de altura, formando una bóveda ojival sencilla, acabando en un vano interior de unos 2 metros. El cañón mide unos 4 metros.

Junto a la puerta existen restos de muralla. En su segundo cuerpo se ubica una capilla dedicada a la Virgen de la Cruz. Durante la Guerra de las Comunidades, en el año 1520, Medina de Rioseco jugó un papel relevante, dado que el Cardenal Adriano, regidor del reino en ausencia del emperador Carlos, se refugió entre sus muros, huyendo de las tropas comuneras. Es el escenario de la popular rodillada que realizan los pasos el Jueves y Viernes Santo.

Es la más antigua que se conserva de la muralla original, si bien por sus características responde a una tipología de arquitectura militar más propia del siglo XIV.