La pandemia obliga a reinventarse y mucho más si es para dar visibilidad y poner en valor a las personas con discapacidad intelectual. Si el año pasado, la organización tuvo que adaptar la Marcha Asprona de Valladolid para que se celebrara de forma 'on line' para ajustarse a la situación epidemiológica, en esta ocasión se ha optado por combinar el formato presencial y el formato digital para contar con el mayor número de participantes posibles.
Otra de las novedades de esta iniciativa consolidada en la ciudad, con la celebración de 44 ediciones, ha sido la posibilidad de hacer un recorrido imaginario trazado con las donaciones de calzado que hicieron los participantes. Cada persona inscrita pudo donar un par de zapatos, o bien zapatillas, que dibujaron un camino en hilera desde la Plaza Zorrilla hasta el paseo central del Campo Grande. Una acción que perseguía un doble objetivo. Por un lado, rememorar, de forma simbólica, los paseos habituales del escritor Miguel Delibes por el emblemático espacio de la capital, con motivo del Centenario del nacimiento del novelista y, por otro, llevar a cabo una acción solidaria ya que el calzado donado será entregado a la ONG Amigos de Gambia para que, posteriormente, lo distribuya entre la población más desfavorecida del país africano.
Unas 1.650 personas se habían inscrito para participar en la Marcha Asprona, aunque la presidenta de Asprona Valladolid, Ángeles García, apuntó a la Agencia Ical que habría más participantes, como ocurre todos los años. Del total de inscritos, casi 600 manifestaron su interés por participar en la 'Marcha Invisible', que tuvo lugar en Campo Grande entre las 10 y las 15 horas, tiempo en que los participantes acudieron para donar un par de zapatos (ya fueran nuevos o usados) con los que se formó una gran hilera como homenaje a los paseos de Delibes. Entre ellos, estaban las botas de Germán Delibes, hijo del escritor, que se desprendió del calzado que utilizaba para cazar, afición que compartía con su padre.
De esta forma, el paseo central del parque lució a lo largo de toda la mañana un colorida y vistosa hilera de zapatos y zapatillas que, además, sirvió para mostrar la unión de los participantes en la Marcha Asprona, aunque estuvieran separados por la pandemia. Los andarines que se acercaron hasta la Plaza Zorilla fueron recibidos entre aplausos y un audio de los relatos de 'Viejas historias de Castilla y León', cedidos por la Fundación Miguel Delibes.
Esta actividad contó con la asistencia del delegado del Gobierno en Castilla y León, Javier Izquierdo; el subdelegado en Valladolid, Emilio Álvarez; el alcalde de la ciudad, Óscar Puente, y el presidente de la Diputación, Conrado Íscar. También se pudo ver al director general de Personas Mayores, Pablo Rodríguez, además de numerosos concejales del Ayuntamiento de Valladolid como Manuel Saravia, María Sánchez y Alberto Bustos, además de otros miembros de la Corporación Local como Pilar del Olmo y José Antonio de Santiago-Juárez, entre otros.
La Marcha Asprona es la primera marcha de estas características iniciada en España en el año 1978. Se trata de una oportunidad ideal dar visibilidad a las distintas capacidades de las personas con diversidad intelectual y reconocer la tarea profesional que se realiza todo el año ofreciendo atención integral a lo largo del ciclo vital en servicios de atención temprana, escolares, centros de día, ocupacionales, de ocio o residenciales dentro de Fundación Personas.
En concreto, la asociación atiende a unas 1.500 personas en toda la provincia, con residencias y centros de día en Viana de Cega, Laguna de Duero y Obregón, además del centro de Educación Especial El Pino y el taller ocupacional Pilar Miro. De esta manera, la presidenta de Asprona Valladolid apuntó que está cubierto el ciclo vital de todas las personas con discapacidad intelectual que hoy, de nuevo, recibieron el respaldo de la ciudad con esos pasos invisibles.