El Juzgado de Instrucción número 3 de Valladolid ha imputado por posible delito de atentado a la autoridad al presunto autor de la agresión sufrida en agosto de 2020 a un enfermero y un médico en el Centro de Salud de Renedo de Esgueva.
Después de la fase de instrucción, el Juzgado ha estimado que existe un posible delito de atentado y delito leve de daños, cuando en la mayoría de los casos de agresiones a profesionales sanitarios se suele archivar la causa o se inculpa por un delito leve.
"Este auto abre la puerta para que acabe la impunidad en el caso de agresiones a profesionales sanitarios", tal y como se felicita el Colegio de Enfermería a través de un comunicado recogido por Europa Press.
El auto entiende que los hechos ocurridos el 17 de agosto del pasado año pueden ser constitutivos de un delito de atentado, lo que supone considerar al enfermero como una autoridad cuando está ejerciendo su profesión y por tanto las amenazas que se recibieron suponen una vulneración a su autoridad, apostilla la organización colegial, personada en la causa como acusación particular.
Ahora se abre un plazo de diez días para formular acusaciones por parte del Colegio de Enfermería y del resto de entidades personadas en la causa. Presentadas las mismas, se dará plazo de otros días más para que las defensas presenten sus escritos y queda pendiente también la fijación de la fecha del juicio.
"Las agresiones, tanto físicas como verbales, a los profesionales sanitarios son cada vez más frecuentes. Los profesionales se sienten indefensos y con miedo, especialmente en las guardias cuando están solos. La mayoría de los profesionales agredidos no presenta denuncia judicial por eso y por la gravedad de los hechos el Colegio de Enfermería decidió personarse como acusación particular y para que las agresiones no queden impunes", señala la presidenta del Colegio de Enfermería de Valladolid, Silvia Sáez.
La organización colegial reitera su disposición de apoyo a todos los colegiados y anima a denunciar las agresiones, brindándoles el total apoyo de del Colegio siempre que lo necesiten, pero especialmente en el caso de situaciones de violencia.
El incidente se produjo en la zona de urgencias del mencionado centro de salud, tras la demora producida por la atención al paciente, al tener que ausentarse dichos profesionales por un aviso urgente a domicilio.
Las víctimas fueron insultadas y amenazadas, llegando incluso el autor a producir numerosos desperfectos en el mobiliario y el equipamiento del centro, lo que obligó que cerrar el Punto de Atención Continuada durante esa jornada, derivando las urgencias al PAC de Pilarica, lo cuál supuso una sobrecarga de trabajo para los profesionales de este último y un perjuicio para la población del Centro de Salud Rural I por su cierre durante el domingo.