Aunque el tamaño de las diferentes maletas de cabina que se comercializan actualmente es muy similar, no siempre coincide con las dimensiones máximas admitidas por las distintas compañías aéreas, según advierte la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). Es más, aun respetando el tamaño máximo permitido, si se supera un determinado peso, la aerolínea puede obligar a facturarla para transportarla en la bodega, pagando la correspondiente tarifa.
En lo que respecta al importe de este tipo de tarifas, las más altas son la que imponen Turkish Airlines (hasta 165 euros), TAP (hasta 120 euros), Iberia (hasta 100 euros) y Swiss Air (hasta 100 euros). Aunque en estos casos el importe final dependerá del tipo de billete, del destino o del número de maletas que se hayan facturado.
Otras compañías, como Ryanair, Transavia o Easyjet, imponen un suplemento mínimo de 70, 40 y 30 euros respectivamente por superar las medidas fijadas teniendo contratada una tarifa básica. Pero es que, incluso respetando estas medidas, muchas compañías low cost como Easyjet, Norwegian, Ryanair, Vueling y Wizz Air pueden llegar a cobrar un suplemento por la maleta de cabina: por ejemplo, Vueling obliga al pago de 25 euros si se ha contratado la tarifa Basic.
Para evitar sobrecostes de última hora, OCU recomienda a los pasajeros medir y pesar la maleta de cabina para comprobar que no superan las medidas fijadas por la compañía aérea con la que se va a viajar, así como consultar las condiciones de su tarifa. Y en el caso de adquirir una nueva maleta, priorizar las medidas de 55 x 35 x 20 cm, el tamaño propuesto por la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), que cumple con los máximos fijados por todas las compañías.
Información ampliada en este enlace.